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El milagro de gestar

Lucía Abulafia es ginecóloga. Durante sus primeros años de carrera pensó que estudiaría psiquiatría, pero algo descubrió en la mecánica del trabajo de parto -“en ese momento increíble en el que recibís a un recién nacido”- que la hizo cambiar de rumbo para volcarse con verdadera vocación hacia la obstetricia. “Mi primer parto lo hice siendo estudiante, iba a las guardias del Pereira Rossell los domingos… para que te hagas una idea del fanatismo”, cuenta.

Hoy es especialista en medicina reproductiva y, además de atender en forma independiente, es parte del equipo de GESTAR (Grupo de Estudio y Asistencia en Reproducción), dirigido por la Dra. Marisa Dellepiane.

A ella la elegimos para conversar de distintos temas vinculados a la fertilidad, confiando en su conocimiento, y mucho también en su sensibilidad de joven madre, para explicar algunos temas delicados de los cuales no siempre estamos dispuestos a hablar: cuando hay problemas para gestar.

¿Cuándo una mujer debería consultar a un especialista en fertilidad?

Depende un poco de la edad y de la historia personal de la mujer. En términos generales, para mujeres menores de 35 años, que mantienen relaciones sexuales en forma regular (por lo menos dos a tres veces por semana, obviamente sin anticoncepción), un año es un tiempo prudencial antes de consultar.

En una pareja sana, ¿qué tan frecuente es un embarazo si mantienen relaciones durante la ovulación?

Hay un concepto interesante que es el de fecundabilidad, o sea, la capacidad de embarazo por ciclo de la mujer. Las parejas sanas tienen una fecundabilidad del 25%, es decir, que solo una de cada cuatro parejas en cada ciclo, logrará el embarazo. Sólo un 18% logrará un nacido vivo por ciclo.

O sea que hay un porcentaje no menor de parejas sanas, que pueden demorar en concebir…

En un año, el 85% de las parejas logran concebir, y el 92% en los primeros 2 años. Luego de los dos años se produce una meseta en la tasa acumulada de embarazos.

Ahora, estos tiempos de espera se reducen a seis meses, o incluso menos en mujeres mayores de 35 años, y más aún en las de 40 o más. También deberían consultar antes aquellas mujeres con antecedentes de endometriosis, cirugía de ovarios, antecedentes de quimio o radio terapia, enfermedades autoinmunes, antecedentes familiares de menopausia precoz (antes de los 40 años) y alteraciones genéticas específicas.

Otra cosa que me gustaría destacar es que una mujer puede evaluar fácilmente cuál es su reserva ovárica, independientemente de su edad, por ejemplo, para planificación familiar.

¿Cómo?

A través de estudios de sangre y también de ecografía transvaginal.

¿Influye la edad en que empezaste a menstruar, en la “edad” de nuestros óvulos?

Nuestros óvulos tienen nuestra edad, por tanto es independiente del momento de la menarca o primera menstruación. Tampoco influye la toma de anticonceptivos.

Si bien los testículos son fábricas de espermatozoides, los ovarios son contenedores  y dispensadores de óvulos. Adquirimos los óvulos en nuestra vida intrauterina, en la panza de nuestra madre, cuando se forman los ovarios. Siendo fetitos femeninos es cuando tenemos el mayor número de óvulos: 6 a 7 millones. Ese número sólo tiende a caer. Al nacer, tenemos aproximadamente 1,5 millones, y de éstos sólo 400 aproximadamente están destinados a ovular a lo largo de nuestra vida reproductiva.

Se dice que una mujer mayor de 30 ya es madre “añosa”. ¿Qué tan cierto es eso?

El concepto de gestante añosa está un poco «fuera de moda», porque es más importante el cómo está la salud de esa mujer más allá de su edad. Clásicamente se considera gestante añosa a la embarazada de 35 años o más. Lo importante de esta distinción según edad, se basa en los riesgos de complicaciones obstétricas vinculadas a la edad materna, ya sean por complicaciones del feto o de la salud materna.

El período de mayor fertilidad para la mujer es entre los 20 y 30 años. Entre los 30 y los 40 podemos hablar de subfertilidad.

¿Cuándo desciende la calidad y cantidad de los óvulos y de qué depende?

Si graficáramos la reserva ovárica de una mujer, o sea, la cantidad de óvulos remanentes en determinado momento de su vida reproductiva, se vería que, a partir de los 35 años la curva de descenso del número de óvulos tiene una pendiente más pronunciada y más aún a partir de los 40 años. A su vez, aumenta el porcentaje de óvulos de peor calidad. Estos óvulos de peor calidad son menos fértiles, tienen mayor riesgo de aborto y de alteraciones genéticas del embrión/feto/recién nacido.

¿Por qué pierden calidad a lo largo del tiempo?

Si bien no está 100% dilucidado, existen teorías bastante fuertes que explican que los óvulos se liberarían en el orden en que fueron generados, siendo los últimos en formarse los últimos en liberarse. A su vez, los últimos en generarse no serían de tan buena calidad e irían perdiendo con el tiempo algunos de los mecanismos protectores de su material genético (telómeros), predisponiendo a productos de gestación con alteraciones, que podrán dar lugar con mayor frecuencia a abortos espontáneos o recién nacidos con alteraciones.

Me parece importante aclarar que estos conceptos son poblacionales, y que es importante definir en cada mujer individualmente en qué situación se encuentra.

¿Cuánto influye una buena alimentación y hábitos en la fertilidad de una mujer?

Son súper importante los hábitos saludables, tanto para concebir como para llevar adelante un embarazo saludable y una vida mejor. Si bien parece una obviedad lo que acabo de decir, algunas veces es suficiente con modificar algunos aspectos del estilo de vida para lograr el embarazo.

¿Es cierto que tanto la obesidad como el bajo peso son variables que van en contra de la fertilidad?

Tanto el sobrepeso y obesidad como el bajo peso, pueden alterar la ovulación y por tanto dificultar la concepción.

El estrés mental y físico pueden repercutir también en la fertilidad. Me refiero a casos como personas que trabajan de noche por tiempo prolongado, deportistas de elite, bailarinas, situaciones de estrés mental cronificado, mujeres en campos de concentración, entre otros.

Pensémoslo en la naturaleza: una hembra que está continuamente preparándose para la huida (estrés), no se encuentra en condiciones para reproducirse. Por el contrario, cualquier hembra embarazada adopta una postura más tranquila… la naturaleza es sabia.  Continuando con los ejemplos en animales, las chanchas flacas dan lugar a más crías que las gordas.

Es recomendable una dieta balanceada, rica en antioxidantes, con bajo contenido de azúcar refinada, idealmente sin alcohol (no se conoce cuál es la dosis mínima que repercute sobre la salud fetal) ni consumo de tabaco ni otras drogas. Se aconseja realizar actividad física que no exceda las 7 horas semanales y que no sea extenuante. Fácil, ¿no? jajajja

¿Cuántas consultas reciben en la clínica mensualmente?

Aproximadamente 120 consultas al mes. La mayoría son parejas o mujeres que ya se encuentran en valoración o tratamiento. Algo bien importante a tener en cuenta es que siempre hay que valorar a ambos en la pareja, porque muchas veces consulta la mujer y se la estudia, y luego de meses te enterás que es el hombre quien tiene una alteración. Lo ideal es estudiarlos a los dos de entrada, ¡no ser machistas!

¿Cuántos de los que consultan logran concebir?

No tengo esa estadística tan clara, pero podría contestártela así: los tratamientos de fertilidad se dividen en dos grandes grupos: alta y baja complejidad.

Baja complejidad es aquella en la cual la concepción ocurre en el tracto genital femenino, y se encuentran en este grupo de tratamientos las relaciones sexuales programadas y la inseminación artificial, con semen de la pareja o de banco. Estas técnicas tienen alrededor de un 20% de éxito (número bastante aproximado al de Fecundabilidad en parejas «sanas»).

Alta complejidad es aquella en la que la concepción ocurre en el laboratorio de in vitro, e integran este grupo la fertilización in vitro (FIV), que podrá ser con óvulos propios o donados, con semen de la pareja o de banco, el útero subrogado y la adopción de embriones. El éxito de estas técnicas está muy condicionado por la causa que llevó a requerirla. En nuestro equipo tenemos un 52% de éxito (más del doble que la Fecundabilidad de una pareja sana).

Una historia que valga la pena ser contada…

Es muy difícil elegir una…hay tantas como pacientes. Me involucro mucho con cada historia. Es como un viaje, en el que te vas conociendo con tus compañeros. A más largo y tortuoso se vuelve el recorrido, más te acerca a la pareja.

Me toca motivarlos a realizar cambios en sus hábitos. Algunos incluso se enojan con el planteo de los cambios que les proponemos y yo les digo que estos son los primeros sacrificios que tenemos que hacer por nuestros hijos. Los ves dejar de fumar, adelgazar, llorar, conocerse más entre ellos. Los ves ilusionadísimos con el arranque y muy tristes con el primer negativo. Otras veces cuando los conozco ya vienen de viajes muy largos y tristes, y ahí el desafío es encontrar qué podemos mejorar. Los abortos luego de un positivo son muy duros.

Pero cuando llega el día en que vienen con sus pimpollos al consultorio, con una sonrisa de oreja a oreja y una felicidad que no les cabe en el cuerpo, sentís que todo lo trabajado es poco.  Que participar de esa creación es una maravilla.

Por Carolina Anastasiadis

2 Comments

  1. Gilda Raquel Ponce says

    CONFÍO PLENAMENTE EN ELLA Y SU EQUIPO EN HACERME 1 INSEMINACIÓN!!! LA PENA ES QUE NO PUEDO X LA EDAD!!! Y POR HABER TENIDO UN ACCIDENTE DE TRÁFICO A LOS 23 AÑOS DESDE ALLÍ QUE ESTOY CONSUMIENDO MUCHOS FÁRMACOS QUE IMPIDEN EL HECHO QUE YO SEA MADRE!!! DELLEPIANE!! BESOS!!! GILDA PONCE!!!

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