Aprendizajes de verano
Estas vacaciones estuve jugando al ajedrez con mi hija mayor, Alfonsina, y, entre otras tantas cosas –cabecita non stop-, me puse a pensar en la importancia de enseñarle, que más allá de las circunstancias, siempre hay una manera de hacer lo mejor con lo que toca. Cuando la vida te da limones, hay que hacer limonada, dijo alguien alguna vez. Pero es cierto que la vida no da la misma cantidad ni calidad de limones a todos. Nacemos en casas distintas, con diferencias emocionales y materiales que influyen inevitablemente en nuestro rumbo y en nuestro cielo. Pero siempre hay algo que podemos hacer, con esa responsabilidad todos nacemos. Lo vi claramente en ese tablero de ajedrez, y es que la partida empieza siempre con una cantidad de piezas y de nuestros movimientos depende obtener el mejor resultado; el bienestar, si llevamos el tablero a la vida. Y si entendemos el bienestar como ese objetivo último que perseguimos todos, que en ajedrez sería ganar. Soy madre separada. Es un tema recurrente para mí, el cuestionamiento sobre …