La aventura más aventura!
No estaba dentro de mis principales sueños tener hijos ni ser una súper mamá. Lo daba por descontado; en la representación de mujer que tenía, ser mamá era parte del combo. Mis mujeres de la familia me lo enseñaron, aquellas que estuvieron y están detrás de mí, también las que caminan a mi lado, hermanas felices y de muchos hijos. La pregunta más común entre las mías es: “¿no vas a tener más hijos?” (con cara de sorpresa). En el ADN familiar la maternidad era y es natural e incuestionable, un regalo a disfrutar. Siempre fui medio soñadora, buscadora, viajera de alma aunque no me moviera, de pensamientos erráticos e inquietos, un poco cuestionadora de lo instalado; siempre sentí ganas de ver mucho, de aprender, de desaprender aquellas cosas que sentía no servían, de conocer gente de otros lados, de “abrir un poco la cancha” -y la mirada de las cosas-. Y como buena seguidora de su tribu y confiando en el fluir de la vida, encontré a un compañero con quien soñar, y también engendrar, para …