¡Hola rutina!
Aunque a priori pensar en rutinas para algunos pueda significar «aburrimiento», éstas tienen muchos beneficios, por ejemplo, ayudan a liberar espacio en nuestra cabeza para poder enfocarnos en cuestiones que nos enriquecen, como la creatividad y el aprendizaje. Cuando nuestro cerebro se acostumbra a hacer determinadas actividades, las empieza a hacer en automático ahorrando energía, lo que permite hacer lugar para lo importante. Rutina viene del francés “rutine”, de “ruta”, y tiene que ver con ese camino que se abre y limpia una vez que lo atravesamos una y otra vez, de manera repetida, hasta que se instala. Así se construye la rutina, a través de la reiteración de acciones y pensamientos que luego se convierten en hábitos. El psiquiatra norteamericano Daniel Siegel afirma que el cerebro no diferencia entre buena o mala rutina. Solo repite aquello que, a partir de nuestra voluntad y repetición, le indicamos que es “el camino”. Es lo que luego tendemos a hacer “sin pensar”; entonces, nada mejor que esforzarse un tiempo para instalar rutinas que nos sumen a largo …




