La abuela tenía razón
“Cuando tenés un hijo no dormís más”. Esa frase resonó en mi cabeza durante 9 meses. Era mi miedo mayor. No funciono sin dormir. Ando de mal humor, no puedo pensar, no puedo trabajar y me cuesta establecer diálogos amables cuando estoy cansada. Para mi sorpresa, llegué a desestimar esa frase repetida por abuelas y madres varias, pasados unos días en casa con Alfonsina siendo una recién nacida. La gorda tiraba 5 horitas, a veces hasta 6…y aunque más de una vez se “desregulaba” con noches de interrupciones frecuentes, llegué a perderle miedo al cuco que me había perseguido tantos meses. Pero no hubo caso, el tiempo le da la razón a las canas, aunque lo notás recién cuando pasan dos añitos y mirás tu vida en perspectiva (digo dos, porque durante el primer año no hay muchos patrones). El bebe nace con horarios cambiados. Es algo que ni la ciencia ha podido alterar, una lástima. Pasás dos o tres semanas tratando de mostrarle que hay día y que hay noche. Cuando lográs acomodar eso …
