-Todo lo que siempre quisiste saber sobre el parto y no siempre tuviste la oportunidad de preguntar-
En vísperas del parto, sobre todo si somos primerizas, las dudas están a la orden del día. Hoy trasladamos muchas de esas preguntas al Ginecólogo Jorge Arena. ¡Compartimos!
¿Cómo me doy cuenta que tengo que salir para el sanatorio?
Hay varios indicadores. Si rompés bolsa, te vas, sin bañarte, enseguida. Es fundamental quedarse sentada y no ponerse a dar vueltas. No es que se vaya a escapar el niño pero se puede escapar el cordón umbilical y puede complicar. Una vez en el sanatorio, luego del primer control, se abre un amplio abanico de posibilidades.
Cuando tenés contracciones no siempre tenés que salir corriendo al sanatorio, pero sí es momento para empezar a revisar el bolso, siempre que puedas, y tomarte un tiempo para aguantar un poquito en casa antes de salir al hospital. Podés tomar algún líquido dulce, no conviene comer y es buenísimo si te podés reír porque eso genera la hormona de la confianza y ningún mamífero estresado está en condiciones de parir.
¿Puedo no darme cuenta que tengo que ir al sanatorio porque mi umbral de dolor es muy alto?
Cuando las contracciones son confusas, quédate tranquila que no pasa nada. Aunque el umbral de dolor varía según cada embarazada, en realidad, recién cuando se dan 2 o 3 contracciones en un lapso de diez minutos podemos decir que el trabajo de parto se está iniciando. Más que la variable intensidad, la variable biológica que indica el parto es la regularidad.
Entre ginecólogos decimos que son buenas las contracciones cuando entrás a la sala de preparto, la embazada dejó de sonreír, y los papás de hacer chistes. ¡Ahí sí la intensidad es buena!
Hay mujeres que dicen que ellas nunca dilataron, por eso terminaron en cesárea. ¿Existen mujeres que no dilaten?
No hay familias de mujeres no dilatadoras, lo cierto es que a veces no están dadas todas las condiciones biológicas para que la respuesta del cuello uterino sea tan factible como para producirse la dilatación, a pesar de tener una buena dinámica de contracciones. Eso constituye una distocia -o desviación de lo normal- de la dilatación. También sucede que a veces está buena la dilatación pero faltan las contracciones y hablamos de “distocia en la dinámica”. Cuando esto pasa, se puede corregir con un poco de suero; colocamos prostaglandina. Es como un suero de apoyo, porque ayuda al normal transcurso del parto.
¿En qué momento el médico se da cuenta que el bebé tiene el cordón enrollado en el cuello? ¿Se sabe antes del parto o se dan cuenta ahí?
Tenemos distintas referencias para controlar la salud fetal. Cuando hay circulares de cordón ajustadas, se produce desaceleración de latidos en el bebé que lo vemos en el monitoreo durante el trabajo de parto y eso nos hace sospechar. Cuando el bebé no baja a pesar de la dilatación completa también puede haber una circular de cordón.
De todos modos, el bebé respira y se nutre a través de la sangre que le llega por el cordón que entra por su ombligo, no respira por la boca.
¿Hay algún momento ideal para cortar el cordón?
Como muchas cosas en medicina, hay varias escuelas. Yo creo que la verdad está en el medio. Si las condiciones biológicas están dadas, si la longitud del cordón lo permite y el bebé nace sano, está buenísimo el contacto piel a piel de la mamá y el bebé, que puedan estar juntos hasta que el cordón deje de latir y ahí cortar. Cuando hay sufrimiento fetal o el cordón es tan corto que no llega al abdomen de la mamá, no hay que exponer al bebé ni a la mamá a riesgos y recomiendo cortar enseguida.
¿Algún ingrediente vital para llegar preparada al parto?
Ríanse siempre, porque la risa es salud, pero estando cerca de término están buenísimo los abrazos con la familia, reírse. La oxitocina es la hormona de la confianza y con buena oxitocina vamos a tener buenos partos.