Las mamás y el trabajo: ser o no ser
Es sabido que la maternidad es una de las escuelas de vida más potentes para quienes se embarcan en ella y están dispuestas a recoger sus aprendizajes. Para empezar, con la llegada de un bebé a casa, a las mamás trabajadoras nos llega un “tate quieto” de 3 meses… aterrador para mujeres inquietas (aquí levanto la mano). Si en ese tiempo, nos animamos a agarrar la lupa y sacar los miles de trajes que hasta el momento usamos, nos damos cuenta de quiénes somos, más allá del título o rol que laboral y socialmente jugamos. En casa, no cuenta tanto que seamos abogadas, arquitectas o astronautas, jefas o empleadas; en casa somos “mamá”, con todo el poder y la vulnerabilidad que ello implica. Personalmente creo que es por este choque entre el ser y el hacer cotidiano, que muchas mamás cuando llega el primer hijo hacen un viraje laboral. Muchas emprenden para poder administrar su tiempo y equilibrar trabajo y familia, otras bajan su carga laboral si lo pueden hacer, otras se toman un tiempo …