Las huellas de los abuelos
– “Extraño a papú”. – “De qué te acordás de papú, si tenías 2 años cuando se fue?” – “No sé. Era bueno. Y me sacaba fotos” Ese fue el diálogo de anoche entre Fran de seis años y yo. Al minuto, nos acostamos a leer las tres en la cama grande y saqué una frazada de lana. “Tiene un agujerito mamá” dice la mayor, Alfo. “Era de la abuela Norma” le digo. “La-abuela-Norma” (su nombre estaba compuesto de esas tres palabras, porque nadie la llamaba “Norma”, era LaAbuelaNorma) era fan de la lana. Aun usamos sus frazadas y algunos zapatones tipo escarpines de adultos en invierno. Los abuelos siempre dejan huellas. Dejan esos detalles calentitos que seguimos usando cuando se van y además recuerdos (calentitos también) en forma diversas. En mi caso, en forma de olores. La vainilla para mis hermanos y para mí es el recuerdo emocional del mejor bizcochuelo que existe, el de la (misma) “Abuela-Norma”. De ella tengo en mi cuaderno de recetas, las fórmulas de varias otras delicatesen. Ayer mis hijas (en día …