Si la vida te da limones, hacé limonada
Soy madre separada. Con la certeza de que los niños nos sienten y luego nos entienden, y que somos los adultos de la casa quienes marcamos el tono emocional del hogar, la decisión de la separación para mí fue difícil pero también necesaria. Primero no me separaba por ellas, y luego la decisión se dio justamente pensando en ellas. Quería que mis hijas respiraran amor. No había adultos culpables, pero ese amor no estaba. Como cada decisión que involucra a los hijos, una gran cuestión emergió con fuerza de manera inmediata. Cuestión que, a veces respondía con dolor, otras veces con más raciocinio y menos emoción y que hoy respondo con mucha más paz que perturbación: ¿hay alguna habilidad que los hijos de padres separados puedan tomar de la situación que les toca vivir? La respuesta es SÍ. Se habla mucho sobre los daños que las separaciones mal gestionadas pueden causar en los niños, que es un factor de “riesgo” para la salud emocional de ese niño cuyo cerebro está en pleno desarrollo, pero poco …