La panacea de mamá
Pensé en escribir una columna dedicada al vino pero me parecía un poco fuerte para un blog de maternidad. Demoré 3 minutos hasta que me di cuenta, un viernes de noche, que lo que estaba pensando tenía todo que ver con este espacio. Cuando sos madre algunos pequeños placeres de la vida que antes abundaban, empiezan a escasear, y por eso mismo cuando los concretás los sentís la panacea. Son esos momentos mínimos que te hacen ver que todavía hay algo de tu ser ahí adentro, que seguís siendo vos, a pesar que pases el día sonando mocos o cambiando pañales. Entre vinos empecé a anotar algunos ítems de mi panacea, y les cuento que, aunque suene a mala madre, pasados 5 años de maternidad los vivo SIN CULPA –sí!! Se puede!!-. Viernes de noche. Mis hijas se durmieron increíblemente temprano. Acosté a la última, me invadió una sensación de libertad poco común para viernes a esa hora y en un acto de rebeldía descorché un vino, saqué una buena copa y me senté a …

