Desde el inicio de este blog, les contamos que Mamás Reales es un espacio para compartir e intercambiar sobre nuestro modo de ser mamá… y mujer. Y desde entonces hemos recibido varias columnas de lectoras, que publicamos con gusto. Hoy compartimos una linda reflexión de Ximena Capote, amiga del blog y mamá de Indiana, sobre lo importante de dejar los miedos propios a un lado, para que los hijos crezcan libres y felices.
Mamá Real invitada: Lic. Ximena Capote.
Enterarme de que iba a ser mamá, fue una de las cosas más maravillosas del mundo. Sé que puede sonar a cliché, por eso me gusta aclarar que no soy de caer en eufemismos convencionales.
Para mí, que soy ansiosa, autoexigente y siempre enchufada a 220, las ganas de ser mamá se volvían cada vez más y más una cuestión de Estado a medida que pasaba el tiempo. Y el mismo día en que recibí la noticia, prometí bajar mil cambios: con mi bebé, no conmigo porque creo que ese andar a mil es parte de mi esencia. Le guste a quien le guste.
Enseguida de saber que me convertiría en madre, una gran amiga, a quien le debo los primeros consejos sobre maternidad, me dijo «que tus miedos nos sean los de tu bebé». Y ahí empezó esta gran y mágica odisea, en la que todos se creen sabios pero que para cada padre es un aprendizaje único.
Cuando mi marido, mi cable a tierra (yo soy el globo de helio, según dice mi hermano del alma), nos enteramos que llegaría Indiana, no sabíamos lo que nos esperaba. Sí, leyeron bien, Indiana. Y escuchamos de todo, desde «qué nombre original» hasta «estos padres no piensan en el futuro de su hija». Y si hay algo en lo que todos los días pensamos, desde el 5 de marzo de 2012 cuando supimos que estaba embarazada, es en darle alas a nuestra pequeña para su futuro, en formarla para que sea muy libre, respetuosa, cariñosa con los demás, educada, exploradora y creativa.
Por el trabajo de mi marido, me ha tocado vivir de todo sola: ir a la emergencia a cualquier hora, noches sin dormir y al otro día tener que estar al pie del cañón con mis clientes, rutinas médicas, vacunas, darle las primeras comidas y que me las escupiera íntegras… y un largo etcétera. Todo esto para una primeriza no es fácil.
Lo que nos cuesta, a la vez nos fortalece, porque los primogénitos nos enseñan a crecer con ellos. Y todas las cosas hermosas que nos regalan, borran cada segundo de locura que nos puedan haber despertado.
Con Indiana tuve que aprender a vencer mis miedos para que ella creciera libre. Aun hoy, ¡cuánto me cuesta que suba al tobogán! Soy de las que al principio no se movía de su lado y ahora tampoco me separo mucho pero la dejo subir sola y créanme que eso para mí es todo un logro. Soy de las que si llora, grita desesperadamente «¿qué pasó?» aunque su llanto sea de risa. A veces siento que me tocó ser mamá grande o que a Indiana le tocó una mamá vieja, pero creo que la Naturaleza es sabia y los hijos nos eligen cuando estamos preparados.
Y no me quejo de nada. Dios me bendijo con mi niña. Indiana es alegría, carcajadas a toda hora, bailes descontrolados, respuestas impensadas y frases que a mí nunca se me hubiesen ocurrido a los tres años.
Indiana, que significa felicidad para quienes a esta altura de la nota se lo preguntan, ha sido quien ha tomado mi mano en cada uno de sus pasos para que yo venciera mis propios miedos.
Precioso, te felicito por dar lo mejor de ti para Indiana. Es increible como uno supera sus propios miedos para enseñarle coraje y perseverancia a sus hijos. Un abrazo!
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¡Divina columna! ¡Me encantó! ¡Y que tema el de los miedos! Por un lado una no quiere que ellos sufran ni el más mínimo dolor -porque nos duele más a nosotros que a ellos- y queremos cuidarlos todo el tiempo. Pero por otro lado sabemos que lo correcto es dejarlos explorar, aunque eso signifique algún raspón, chichón y lastimadura; dicen que cuando uno se cae de un caballo lo primero que debe hacer es volver a subirse, y lo mismo se aplica para todo lo demás. Claro que es más fácil ser una la osada, que dejar que nuestro retoño sea el que está en el más mínimo riesgo… pero tal como decís, Xime, «que tus miedos no sean los de tu bebe». La precaución está bien, sirve para preservar la especie, pero el miedo no.
Besitos y felicitaciones.
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Re lindo Xime, besote a Indiana 😉
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Qué hermosa historia Ximena!!
Sin duda una excelente madre!
Lo mejor para ti e Indiana en este gran desafío de ser madre. A continuar disfrutandolo!
Cariños!!
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Xime, hermosa historia! Que linda aventura esta de ser mamá y cuanto tenemos que aprender. Beso grande para ti y para Indi
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Xime, hermosa historia!! Día a día aprendemos con nuestros hijos y que bueno es saber no trasladarle nuestros propios miedos. Beso grande para ti y para Indi.
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Qué hermosa historia Ximena!!
Sos una gran mamá!
Sigan disfrutando y creciendo venciendo los miedos.
Cariños
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Qué hermosa historia Xime!!
Sos una gran mamá!
Sigan disfrutando, creciendo y venciendo los miedos.
Cariños
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