En la Era Digital todos nos sentimos novatos, aquí nadie corre con ventaja, no hay quien no esté aprendiendo a vivir en esta nueva realidad. Y a la hora de educar, la inseguridad se apodera de nosotros (los adultos) que aún estamos acomodando el cuerpo, a esta nueva forma de vivir.
Y si al escenario en cuestión le agregamos las dificultades propias de la adolescencia y pre adolescencia, en la que como educadores nos cuestionamos TODO sobre cómo acompañar, entonces las incertidumbres y los miedos crecen y surgen preguntas tales como: ¿estará bien que mi hijo pase tantas horas conectado? ¿Le hará mal mirar la pantalla todo el día? ¿Por qué le interesa tanto comunicarse por las redes sociales y tan poco con quienes estamos a su alrededor? ¿Cuándo fue que esto cambió tanto?
Lo cierto es que la tecnología llegó para quedarse, y con sus cosas buenas y malas, seguirá conquistando nuestras vidas hasta lugares que hoy no podemos sospechar. Así como cuando la luz llegó y se añoraban los tiempos de velas y largas tertulias, hoy miramos con nostalgia un pasado idealizado en el que nos mirábamos a los ojos para hablar (¿tan así habrá sido?). Tiempo después, podemos comprobar que la luz no solo no se fue, sino que si no está, sentimos que nuestra vida colapsa. El funcionamiento de una casa depende hoy de la electricidad.
Y lo mismo sucede con Internet y el mundo digitalizado, que llegó para seguir creciendo y tomando nuestros días. Así que si sos de los papás que lucha contra la tecnología, te invitamos a unirte al enemigo y aprender a vivir con él.
Por tal razón, entrevistamos a Juan Pablo Cibils, más conocido como “Chopo”, Psicólogo y Educador que trabaja en un liceo de Carrasco, para conocer su visión sobre los adolescentes en esta Nueva Era.
¿A qué edad se inician los chicos en las redes sociales?
La edad promedio anda en los 13 años. Es esperable que los jóvenes comiencen a navegar a medida que van creciendo y se empiezan a separar del entorno de sus padres.
En mi experiencia de trabajo con adolescentes lo que puedo ver es que el adolescente de hoy en muchas cosas tiene los mismos intereses y necesidades que nosotros tuvimos cuando éramos adolescentes. Lo que cambia son las formas. En las plataformas digitales -como lo son las redes sociales- es donde hoy se está jugando el partido más importante; el adolescente sigue necesitando reconocimiento, quiere tener amigos, y esto lo encuentra en una red social, en tener más seguidores o más likes en una foto. En el fondo lo que está buscando es lo mismo que buscábamos nosotros cuando íbamos al club, a una plaza, o cuando salías a tomar algo con alguien. Es una característica propia de la edad.
Está bueno transmitir esto a los padres para que no se asusten, es lo mismo de siempre, lo que hacen las redes sociales es amplificar estas cuestiones que el adolescente vive.
¿Qué riesgos le ves a esta nueva forma de comunicarse?
La tecnología cambia la manera de ver el mundo. Y en esto no hay vuelta atrás; hoy es imposible comprender una comunicación con alguien si no entendemos que en el medio se entrecruzan temas vinculados a la tecnología. Es una realidad.
La tecnología está, no se va a ir, y tiene cosas muy positivas, como cualquier herramienta. Y ahí está el gran desafío de nosotros los adultos -desde el rol que nos toque estar- de educar y ser responsables en ese uso. En cómo nosotros nos vinculamos con esa tecnología, porque también somos usuarios y somos ejemplo.
El riesgo está en la hiperconexión; hoy los jóvenes nacen con estas tecnologías por defecto, están conectados todo el día. Y es importante parar, desconectar, mirar, aburrirse para que surjan cosas nuevas. Desde nuestro lugar tenemos que invitarlos a reconectar con ellos mismos y su entorno, a hacer una pausa, a reflexionar.
¿Por qué creés que las redes sociales son tan populares en esta etapa de la vida?
Hoy no podemos entender a un chico, a un adolescente, sin una red social, porque es el mejor escenario donde ellos se pueden manifestar. Pueden publicar, generar contenidos propios, crear, interactuar con personas de otras partes del mundo. El adolescente en una red tiene cantidad de cosas buenas para hacer, desde un blog, hasta sacar fotos, etc. Este espacio le brinda la posibilidad de crear, de ser autónomo, de equivocarse y aprender.
El otro tema que es el que te mencionaba antes, es que el adolescente busca reconocimiento y amigos, los busca en la vida real y en la virtual.
¿Qué tanto podemos controlar las cosas que los chicos publican?
Me parece que el control tiene que estar siempre, pero debe ser un control establecido y no a escondidas. Esta supervisión la entiendo como cuando uno enseña al hijo a andar en bicicleta y no lo deja solo. Es importante estar atrás, saber qué tipo de aplicaciones se bajan, saber qué tipo de videojuegos consumen, estar cerca de ellos.
Confío en que los padres entienden cuándo es el momento para separarse un poco de estar controlando y dejarlo que siga solo. Pero es importante saber que para ellos la diferencia entre el mundo real y virtual no existe, así como tampoco son conscientes de que cuando publican algo lo están compartiendo con el mundo. En Internet las palabras no se las lleva el viento, entonces nosotros como educadores y padres debemos trabajar en eso. Está bueno enseñarles a ponerle cabeza atrás de lo que publicamos. Pero es difícil enseñar si nosotros como adultos, no sabemos usar de forma responsable las redes sociales.
¿Qué pasa con esos padres que tienen temor a la tecnología y les prohíben publicar?
Lamentablemente esos padres que tienen una postura más radical y fóbica a la tecnología, están diciéndoles a esos chicos que no vivan en la Era en la que viven. Para sus hijos es muy importante estar en la redes, vivir en las redes, ahí se juega mucho de lo que viven en su clase, con sus amigos. Cuando se van a sus casas siguen en las redes, y si les quitamos eso no les estamos permitiendo usar una de las plataformas donde se vinculan más hoy en día. Eso no quiere decir que no les enseñemos a usar las redes responsablemente.
Pero también existen de los otros padres, los que piensan que todo lo que es tecnología es bueno. Y tampoco es tan así. Es importante devolverle al ser humano el control de la situación; la tecnología no nos va a salvar ni nos va a hundir.
Y frente a esta realidad, ¿cuáles son los valores primordiales que hay que transmitir?
Yo creo que intentaría seguir transmitiendo esto de lo valioso del tiempo, de la reflexión, de la importancia de hacer una pausa. Las redes tienen un montón de ventajas y todos como usuarios las aprovechamos pero también es importante desconectarse, disfrutar del no hacer nada; si yo estoy constantemente tapando mis sensaciones, seguramente seré una persona ansiosa. Hay que reivindicar lo valioso de la desconexión.
En esta visita al liceo, también pudimos hablar con una adolescente, que nos respondía lo siguiente:
¿Qué ventajas y desventajas tienen las redes sociales?
Son rápidas, para el colegio están tremendas, para los deberes, te mantienen comunicado, y cuando estás aburrido tenés información de todo tipo para leer. Para hacer un trabajo, por ejemplo, ya no necesitamos juntarnos, ahorramos mucho tiempo en todo.
Como desventajas, a veces usamos tanto las redes sociales que dejamos de lado cosas como charlar en familia o nos juntamos con amigas y estamos todas como unas bobas con el celular en vez de disfrutar el momento. En el momento no te das cuenta pero después termina siendo una desventaja porque te perdés de pila de cosas.
¿Qué sienten cuando no tienen acceso a las redes sociales?
Desesperación, no aguanto, el otro día hubo apagón en casa y no tenía batería y no me podía dormir porque estoy acostumbrada a mirar el celular hasta cansarme y quedarme dormida. Para todo usás el celular. Si un día no tengo el celu, no sé qué hacer, me aburro. Estamos acostumbrados a estar todo el día conectados.
Por Federica Cash