Aunque siempre supo que su futuro sería con hijos, fue recién pisando los 40 que sintió realmente ganas de ser padre. Y se comprometió desde el minuto uno, concurriendo a cada uno de los controles de su novia Guillermina y, obviamente, a todas las ecografías. Juan Martín llegó en los primeros días de diciembre de 2015 para cambiarle algunos esquemas, enseñarle a hacer papillas, y descubrir una faceta personal que hasta el momento desconocía.
Hoy alterna sus responsabilidades laborales (Observa TV en las mañanas, Segunda Pelota en las tardes de Océano FM y el informativo de la noche de TV Ciudad) con la que afirma es “la responsabilidad más linda” que se puede tener en la vida.
¿En qué te encontró el momento del parto? ¿Qué estaban haciendo?
Sabíamos que se estaba por venir y que sería ese fin de semana de diciembre. Guillermina empezó con contracciones tres días antes de la fecha estimada por el médico y nos fuimos al sanatorio. Fue un jueves, nos pidieron que volviéramos más tarde, porque todavía faltaba. Ella pudo dormir una siesta y volvimos a las nueve de la noche para quedarnos. Terminó naciendo a las seis de la mañana del viernes por cesárea.
¿La paternidad es como te la imaginabas o te sorprendió?
Ahora se está poniendo más difícil, Juan Martín tiene 8 meses ya. Te diría que los primeros cuatro meses son bastante “papa” porque se duerme todo, por lo menos el mío. Luego empezó a dormir menos y ahora está más llorón, hiperactivo, más demandante. Lo bueno es que se da todo en un proceso natural, vas aprendiendo. Ahora que nos tiene como locos, de alguna forma ya nos encuentra más preparados. Más allá de eso, creo que lo que más me sorprendió es que antes pensaba que era mucho más difícil calmar el llanto de un bebé, y Juan Martín en eso es muy fácil: lo levantás en brazos, caminás dos pasos y listo.
Lo más difícil al principio casi siempre es poder dormir… ¿hacen colecho?
Sí, obvio. No todas las noches pero sí. Sobre todo desde que le empezó a quedar chico el moisés. No lo quisimos pasar a la cuna de su dormitorio aún porque es muy frío, entonces hasta setiembre la idea es tenerlo en el cuarto y acabamos de ponerle una practicuna.
¿Cómo creés que sos como papá? ¿Qué diría Guillermina de vos?
Creo que me elogiaría bastante. Soy malo en la cocina y soy haragán para lavar ropa, pero el resto de las cosas las hago todas. Y cuando hay que cocinar y lavar ropa, lo hago igual.
¿Qué cosas te enseñó Juan Martín hasta el momento?
Me enseñó sobre responsabilidad. Eso de tener a alguien para alimentar a tal hora con tal comida, una rutina de cosas diarias que hay que hacer. Siempre fui ordenado en cuanto a rutinas y horarios pero muy desordenado en casa, despelotado, cocino muy poco. Con Juan Martín empecé a cocinar algo. Nunca en mi vida había hecho un puré de zapallo porque ni siquiera me gustaba. ¡Ahora hago hasta banana pisada, rallo manzana y pera! Y la verdad es que son todas cosas que hago con gusto, me divierte darle de comer. Creo que Juan Martín me enseñó a tener que atender a una persona permanentemente, a estar pendiente de alguien más.
¿Qué momentos disfrutan juntos?
De mañana cuando me preparo para ir a laburar está conmigo. Mira todo lo que hago. Me lavo los dientes y me ducho con él en una sillita ahí cerca, y se lo entrego a la madre a las 8.40 para irme al diario. Al mediodía, cuando llego, le doy de comer antes de irme a la radio y vuelvo a eso de las 18.30. Digamos que salvo dos veces por semana que altero la rutina para ir al club, básicamente trabajo y estoy en casa (risas).
¿Qué es lo más difícil de ser padre?
Lo más difícil de ser padre, por ahora, es que tenemos escasos momentos para nosotros solos como pareja, casi ninguno. Y capaz que nosotros lo necesitamos porque no nos conocíamos tanto; hacía un año que estábamos juntos cuando Guille quedó embarazada. Hoy necesitaríamos más momentos de novios para nosotros. Tampoco tenés mucho tiempo para echarte en un sillón a mirar una película o hacer cosas tuyas. A veces lo que hago, es dormirlo arriba mío en el sillón y miro lo que quiero. Ahí tira siestas más largas.
¿Te reveló algo tuyo que desconocías?
Evidentemente me di cuenta que soy una persona cariñosa y tierna, me despertó esa faceta. No soy tan demostrativo con nadie como con él. Apareció y, obvio, me derribó muchos esquemas.
¿En qué te sorprendió la madre?
En que es una mujer bastante joven (tiene 28 años) y asumió la maternidad con una responsabilidad impresionante. Es recontra responsable, tanto que a veces creo que se preocupa demasiado, yo soy más relajado. Digamos que es muy aplicada con el bebé.
Ser papá es… asumir la responsabilidad más linda que podés tener en la vida.
Por Carolina Anastasiadis
Da gusto ver el cambio que tenemos los papás del siglo XXI, colaborativos y participativos. Ayudando en todo lo que podemos a las sacrificadas mamás
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