De chiquita grabó con Mariana Ingold, Ruben Rada y Osvaldo Fattoruso. Su madre hace música y eso se respiró siempre en su casa. Ahora ella hace que lo respire su hija Amelia, porque dio clases de canto e hizo shows durante todo el embarazo, tuvo un parto muy musicalizado y el papá de la pequeña es Pedro Alemany -músico de Congo y de Tabaré Cardozo-.
La visitamos entre semana en su casa de Shangrilá. Coordinamos días antes, diría que horas después de su parto… ¡y respondió enseguida! A diferencia de muchas primerizas, se adaptó a su rol de madre bastante rápido, aunque algunas cuestiones aún la delatan como principiante, entre ellas, tantos pedidos de disculpas por el “desorden” de su casa (que en realidad estaba perfecta). La noche antes de esta nota, Camila Sapin se presentó con Congo en la Rural del Prado. Hacía 9 días había nacido Amelia. De eso, su previa, la información y los aprendizajes que llegaron con su beba, va esta nota.
¿Cómo recibiste la noticia?
Fue increíble. Habíamos buscado un tiempo pero muy poquito, hasta que decidimos casarnos y retomar la búsqueda después. Hace 6 años que estamos juntos. El 22 de febrero era el casamiento y el 9 de enero nos enteramos que estaba embarazada. Estábamos yendo a tocar a la “Fiesta X” el 6 de enero y me sentía mal, vomité, me puse a dormir en el backstage, algo que nunca en mi vida había hecho. Algo estaba raro. Esperamos a volver a Montevideo para hacernos el test porque nos parecía que era algo bien íntimo y me dio positivo. No lo podía creer; obviamente agarré otro test para chequearlo.
¿Cómo fue el anuncio del embarazo?
Estaba de 12 semanas el día del casamiento y decidimos contarlo ahí en la ceremonia, en La Baguala, en la playa. Fue muy especial. Al final Pedro dijo “queremos decirles que no solamente vinieron a festejar el amor de nosotros dos”, y me pasó el micrófono. Yo terminé la frase diciendo “sino el de nosotros tres”. Estuvo increíble.
¿Te preparaste de alguna manera en el embarazo?
Hice clases de pilates prenatal con Noelia Tashiro, una doula, que da clases en Dulce Espera. Te prepara física y mentalmente. Me encantó, aprendí, entendí muchas cosas y me gustó su manera de ver el parto, que puede ser respetado si vas informada.
¿Descubriste algo tuyo en el embarazo?
Me cuesta aún asimilar todo lo que pasó. Ayer pensaba que tengo que sentarme a pensar todo lo que viví. Es mucha información en poco tiempo. Sí me doy cuenta del poder de entregarte a otra cosa que no sos vos, algo que llega con la maternidad. Eso de hacer algo que no harías por vos. Por ejemplo, levantarme hiper temprano cuando me copa dormir, para ir en hora pico a 45 minutos de mi casa a una clase de pilates. Sabía que iba a ser bueno para ella, para que naciera mejor. No me hubiera levantado nunca tan temprano para algo así en Montevideo si era por mí.
¿Cómo fue el parto?
Tenía un plan de parto lo más natural posible. Estaba preparada para eso, fui con la doula y con Pedro. Pero tuve como 20 horas de preparto en casa, con contracciones cada 10 minutos, toda una noche de corrido y parte del otro día. No dilataba ni aumentaba la frecuencia. Tuve que acceder a la primera intervención que fue que me dieran oxitocina. Noelia siempre nos decía que en el parto no hay que querer controlar. Vas con el plan, pero tenés que acceder según lo que sucede en el momento.
Pasaban las horas y ni con la oxitocina dilataba. Rompieron bolsa y se puso impresionante, el dolor era de verdad. Estuve horas respirando el dolor. Llegué a 5 centímetros de dilatación después de muchísimas horas, era una contracción que no paraba nunca, estaba retorcida. Y ahí decidimos la cesárea. Estaba informada que no había mucho más para hacer. Cuando me hacen la cesárea me comenta el doctor que la beba venía de cara, o sea que nunca hubiera salido por parto natural. Toda esa preparación me hizo aceptar que di lo mejor que pude, hice lo que podía hacer y que ella iba a nacer así.
¿Te informaste mucho?
Leí unos cuantos libros buenos. Me hice la extracción de células de cordón en el parto, porque creemos que para el futuro puede estar bueno para Amelia. Teníamos la oportunidad de hacerlo en ese momento. ¿Quién sabe si algún día no necesitás esas células? No nos pareció algo inaccesible ni nada. Pensamos que en el día de mañana podría servir para algo, nos parecía re importante y lo queríamos hacer. No sabemos lo que va a pasar, pero se están haciendo tantos avances que capaz en unos años nos arrepentíamos de no haberlo hecho.
¿Cómo fue la vuelta a casa?
Un poco caótica a pesar de que ordenamos mucho en la previa, me vino eso del Síndrome del Nido, jajaja.
¿Le ponen música?
La siente todo el tiempo, doy clase todo el día y además ensayo. La panza vibró música siempre. En el parto tuve música todo el tiempo, desde música brasilera, a Spinetta o John Mayer, de todo. Le hemos cantado y tocado, pero no mucho, no la queremos atomizar, va a tener tiempo. Pero sí, le canto y se calma.
Subiste un twit sobre la importancia de criar en tribu… ¿Por qué lo sentís así?
A 9 días de la llegada de Amelia hice el primer show. Nunca pensé que iba a hacerlo. Lo hice porque era con Congo y no lo tenía que llevar adelante, sino que para mí era más relajado a nivel de energía. Era en el Prado, a pocas cuadras de la casa de mi madre, sabía que era puntual y que duraba una hora. Como máximo iba a estar 2 horas afuera. Dejé a Amelia con mamá y mi abuela, obviamente con una mema y pude irme un rato. Hay cosas que no se pueden sostener sola. O las podés hacer pero vas a estar mal y tu bebé siente ese ánimo también. Por eso creo que cuando sos madre necesitás apoyo de un círculo de contención que no es solo tu pareja, sino otra gente que te ayude. Yo no hubiera podido ir a tocar sin ese sostén emocional. Tener ratitos para vos te hace estar feliz y eso es bueno para tu bebé.
Por Carolina Anastasiadis