Cada vez se está hablando más de un tema que afecta a muchas mujeres de diferentes edades: la incontinencia urinaria.
Algunos procesos naturales de la vida, como los partos, las fluctuaciones de peso y los cambios hormonales, pueden dañar el tejido vaginal, el suelo pélvico y alterar el tono de la mucosa de la pared vaginal. Estos cambios fisiológicos pueden generar condiciones como incontinencia urinaria, atrofia vaginal, sequedad e infecciones recurrentes, que afectan negativamente la calidad de vida y la autoestima de la mujer.
Para hablar de esta realidad y conocer una solución de vanguardia, hablamos con el Ginecólogo Jorge Arena, uno de los directores de Phi Lift, Estética Genital Femenina.
Empecemos por lo primero, ¿por qué se produce la incontinencia?
Hay factores genéticos, existen por ejemplo familias enteras de pacientes que la padecen. También hay dos fenómenos muy importantes de daños que son el parto y el embarazo, por la gran sobre-extensión abdominal, a la que se le puede agregar alguna lesión que se haya producido en el parto que por lo general cicatriza normalmente en la mayoría de las pacientes pero que también puede cicatrizar con algún defecto, lo que puede llevar a la incontinencia. La otra circunstancia que suele causar el problema es el déficit hormonal de la menopausia.
¿Hacia quienes está destinado este tratamiento?
Tiene dos grupos, las pacientes postmenopáusicas con incontinencia urinaria de esfuerzo sin prolapso o con un prolapso de primer grado, y las puérperas. En este último caso, no hace nada que el organismo no vaya a recuperar espontáneamente, lo que pasa que al cuerpo le puede llevar años volver al trofismo de los tejidos pélvicos. El tratamiento ayuda a apurar los procesos de esa mamá que tuvo al bebé y que sufre incontinencia urinaria. Esa paciente tiene muchas más chances de éxito porque se trata de un tejido joven que tiene toda la capacidad de repuesta; generalmente no se necesitan más que dos sesiones para esto. Y el tercer grupo de pacientes, que es un número considerable, no tiene incontinencia pero siente una pérdida en la elasticidad vaginal. La recuperación de dicha elasticidad y humedad tiene un 100% de éxito y a veces con una o dos sesiones ya es suficiente.
¿En qué consiste el tratamiento?
Es una solución ambulatoria, de vanguardia, mínimamente invasiva, que incorpora la tecnología Láser CO2 fraccionado para ofrecer un cuidado óptimo para diversos problemas femeninos. El procedimiento es rápido, sin dolor, totalmente seguro y brinda resultados altamente efectivos.
Es un tratamiento nuevo para el mundo entero, tendrá unos cinco años y comenzó a utilizarse en Argentina. El Doctor argentino Gabriel Femopase intentó buscar aplicaciones alterativas a la cirugía para el tratamiento de la incontinencia urinaria. Viendo el uso del láser en otras áreas de la medicina, encontró que el tejido que rodea a la uretra y el que rodea a la vejiga, son susceptibles a un tratamiento con láser. Cuando este doctor empezó a aplicar el aparato, vio como beneficio adicional que los tejidos vaginales rejuvenecían.
¿Cómo se desarrolla el tratamiento?
Es un láser fraccionado, o sea que nosotros emitimos pulsos con la intensidad y la duración que queremos. Que sea fraccionado da la posibilidad de que no haya daños ni efectos secundarios ni colaterales, y al ser CO2 es de base fría en su génesis. Es la misma tecnología que se usa para operar los ojos y así abandonar los lentes; si podemos actuar sobre el ojo imagínate sobre este tejido.
El tratamiento es en base a 10 minutos, sin anestesia, ambulatorio y no duele ni molesta, con un período de recuperación de 30 a 40 días entre una y otra sesión. Tenemos pacientes que en la segunda sesión ya alcanzan el éxito del tratamiento y otras que necesitan hasta siete. Pensamos que si no se logran los beneficios luego de siete sesiones, no tiene sentido.
La cirugía tiene un 90% – 95% de eficacia; el láser tiene un 83%. Pero ¿por qué considero que es mejor que la cirugía? Primero porque recuperamos la humedad y la elasticidad, la cirugía no. Segundo porque el tratamiento es ambulatorio, no requiere de anestesia general; además no dejamos nada adicional, la cirugía deja una cincha que hace lo que nosotros hacemos con tejido propio de la paciente. Y el cuarto y último punto es que si nosotros fracasamos, la cirugía sigue teniendo lugar, en cambio si se hace la cirugía y no se mejora, nosotros ya no tenemos capacidad de trabajar porque el tratamiento se hace únicamente sobre un tejido que está biológicamente indemne, no cicatrizado.
Por Federica Cash
Por más información: www.philift.com