A Melina Furman, argentina y especialista en educación, los padres y madres le preguntan muchas cosas, pero hay una duda que siempre está y más en esta época del año. “¿Cómo elegir la escuela para mis hijos?”.
Aquí, compartimos su respuesta:
“Primero, quiero aclarar que muchas veces nos desvela este tema y yo creo que para familias de contextos de clase media, de menor vulnerabilidad, donde la escuela no es el único lugar de aprendizaje, es igual de importante pensar qué hacemos con los chicos mientras estamos en casa. Pensar qué conversaciones tenemos, cómo nos vinculamos, cómo es nuestra relación con el conocimiento en casa. Lo que sucede en la familia tiene un peso enorme en cómo los chicos se vinculan con las ganas de aprender. Dicho esto, por supuesto que pensar en qué escuela queremos mandarlos es una de las grandes preguntas que nos hacemos todas las familias.
Creo que hay que pensar el tema considerando múltiples variables a la vez. Porque a veces pasa que uno se enamora del proyecto pedagógico de una escuela y resulta que es muy lejos de casa, lo que implica levantarse temprano y estar cansados el resto del día. O una familia que hace mucho esfuerzo en pagar un colegio que es muy caro y después, en lo social, el niño no la pasa bien porque no puede acceder a las mismas cosas que sus compañeros. Me parece que hay que pensarlo de manera ecosistémica y hay que tener en cuenta cosas muy de lo cotidiano, ¿nos importa que sea estatal o no?, ¿laica o no?, ¿cerca de casa?, ¿nos importa el proyecto pedagógico? Considero que hay que sopesar esas variables, tomar en cuenta aquellas que son relevantes para nosotros como familia y para quiénes son nuestros chicos. ¿Preferimos jornadas simples o completas?, ¿cómo vemos a nuestros hijos en función de la propuesta?
Hay que saber que no hay escuela perfecta; simplemente hay que tratar de que el combo nos cierre, lo que a veces no es fácil. Para terminar, diría que la escuela es de vital importancia. Con la pandemia quedó al descubierto la importancia de lo presencial, del cara a cara, de eso que es insustituible. La escuela va a abrir un montón de puertas de capital cultural y de lecturas, así como temas de conversación que por ahí, no van a tener en casa. Así que tómense un tiempo para pensar y comparar. Vale la pena.”
Por Federica Cash
Yo sigo con el pendiente de la fecha de reapertura de las escuelas, pues por acá no hay para cuando, esta pandemia ha atrasado muchísimo el ciclo escolar. Y definitivamente, no es lo mismo tomar clases presenciales que hacerlo frente a frente; creo que ese sistema solo podría funcionar bien para los jóvenes, que ya saben como organizarse mejor.
Con mi esposo decidimos desde el principio que nuestra nena iría a una escuela laica, para disgusto de nuestras madres; hay que ver que el aspecto religioso también llega a tener peso. Pero por lo pronto estamos muy a gusto con nuestra decisión, ya que preferimos enfocarnos 100% en lo académico. Al fin y al cabo, como dice el artículo, no hay escuela perfecta, lo importante es que los niños se sientan a gusto y aprendan.
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