Hace unos días leí en La Nación una nota a la canadiense Catherine L’ Ecuyer, especialista en primera infancia. Ella es la autora del libro Educar en la realidad. Entre otras cosas, allí plantea que la educación es siempre humana, que los niños no necesitan tantas cosas para estimularse porque llevan la motivación adentro, y que nosotros como adultos, más que nada tenemos que saber acompañar, ser facilitadores entre el mundo y el pequeño. A partir de esos disparadores, nos pareció interesante consultar a la psicopedagoga Carina Gersberg, para profundizar en el concepto de motivación, en qué tan importante es este “motor” en el aprendizaje y, sobre todo, conocer qué podemos hacer como padres o educadores para despertar esa llamita o avivarla cuando el niño la ha perdido. ¿Qué es la motivación? Cuando hablamos de motivación nos referimos al “motor” con el que iniciamos una actividad y la sostenemos hasta lograr una meta. Es un proceso interno, por lo tanto no visible. Lo que es visible son las conductas que provoca, el esfuerzo, la perseverancia, …