¡El que no se equivoca no aprende!
Ayer junto a Caro comenzamos a estudiar una nueva certificación en Disciplina Positiva pero esta vez pensada para el salón de clases. Los niños pasan muchas horas en la escuela y creemos que al igual que padres y madres, los docentes necesitan renovar su caja de herramientas con estrategias que ayuden a enseñar mejor, preservando el vínculo y la conexión emocional. Porque si algo está claro hoy -y nos lo están mostrando las neurociencias- es que aprendemos mejor cuando nos sentimos bien, a gusto, conectados con nuestros adultos de referencia, en este caso el maestro o la maestra. Como la escuela es nuestro coequiper en la educación de nuestros hijos (y en algunos casos tiene hasta más relevancia que la propia familia, es justo decirlo) consideramos imprescindible difundir estas ideas también dentro de los salones. Porque la paz en las sociedades se construye en el seno de las familias y escuelas, a través de una educación consciente hacia las nuevas generaciones, ¡no hay duda de eso! Al igual que cuando hicimos la certificación en Disciplina …