Mi cuarto puerperio
No sabía cómo iba a ser el parto. Solo tenía la certeza de que iba a ser bueno. No había planificado nada de qué hacer con mis hijos más grandes, sentía que de alguna forma todo se iba a acomodar al momento de que el bebé decidiera nacer. Confianza, sentía confianza en la vida, en el desencadenamiento inteligente de las situaciones, en que todo iba a estar bien. Y así fue. El día que me sentí un poco “rara” armé los bolsos y nos fuimos de casa avisándole a mis padres para que vengan a cuidar a los niños. No hubo un sobresalto. Un ratito antes de llegar al hospital me di cuenta que las contracciones eran las de parto y a los pocos minutos de estacionar, nacía mi bebé, en el primer pujo, acompañada de un grupo de enfermera, partera y médico que no pudo ser más amoroso conmigo y la situación. Las primeras horas fueron mágicas. Nos habíamos preparado para esa gran fusión emocional, sin paredes, piel con piel. El posparto es otra …