La lactancia es “un tema” para las mamás, luego que salen de la preocupación del parto y se instalan nuevamente en el hogar. Demanda tiempo, esfuerzo y sacrificios varios (como salir corriendo de donde estamos para llegar a tiempo a darle la teta al bebe…; o levantarnos en la madrugada para ordeñarnos esa noche que al niño se le ocurrió dormir de corrido). Pero es linda, y siempre que la podamos llevar adelante, es un momento de encuentro único con nuestro hijo.
Otro “tema” para aquellas que lograron zambullirse en el maravilloso mundo de la lactancia es ¿cuándo parar y cómo hacerlo?… el llamado “destete”.
Sobre esto consultamos a la psicóloga y asesora en lactancia Karen Barilas.
El destete
La duración de la lactancia debe ser una decisión de cada mamá y bebé, salvo alguna situación muy particular. Hoy en día se sabe que no hay ninguna razón científica por lo cual se deba recomendar destetar.
La Organización Mundial de la Salud recomienda amamantar exclusivamente hasta los 6 meses, luego acompañado con alimento sólido hasta los 24 meses o más. Esto se debe a que hoy en día se dispone de diversas investigaciones científicas que evidencian que la lactancia prolongada tiene altos beneficios para la mamá y el bebé, y no hay ninguna investigación que evidencie que sea perjudicial desde ningún punto de vista, ni nutricional, ni emocional.
En nuestra cultura aún no está bien visto que niños que ya caminen sean amamantados. Sin embargo, eso responde a temas culturales, pero no está basado en evidencia científica. Lo que se conoce como destete natural significa que el proceso de destete se realiza de manera espontánea por el niño.
Desde el punto de vista antropológico algunos estudios determinan que la edad “natural” del destete se encuentra entre los 3 y 7 años. Sin embargo, en la mayoría de los casos sucede entre los 2 y los 4 años. Si la mamá desea destetar antes de esto siempre es importante que sea de manera gradual, nunca de un día para el otro, porque esto podría ser perjudicial tanto desde el punto de vista emocional para el niño, como físico para la madre. Cuando es la madre quien decide destetar, lo difícil que sea este proceso va a depender también de la edad del niño.
Algunos consejos que pueden ayudar a que este proceso sea más tolerable para el niño:
“No ofrecer, no negar”.
Esto significa no ofrecer el pecho, pero tampoco negarlo si el niño lo pide. Esta es una técnica que puede demorar varios meses y lo que ayuda sobre todo es a disminuir la cantidad de tomas que el niño realiza en el día.
Buscar la sustitución.
Ofrecer algo de tomar o comer cuando pide el pecho. En algunas situaciones esto funciona y el niño “saltea” esa toma. O en otros momentos si no es hambre lo que tiene el niño se le puede ofrecer leer un cuento.
Posponer la toma.
Cuando estamos con un niño a partir de los 2 años, se puede negociar el demorar una toma. O en algunos casos se puede conversar y decir que solo se toma de noche, o en casa, eso depende de los deseos de la madre.
Es importante que la madre sepa que el proceso de destete no es algo rígido ni se da igual en cada díada mamá-bebé. Está influido por diversos factores.
Si estás en este proceso y tu bebé se enoja, llora mucho frente a estos cambios o insiste en tomar el pecho, es posible que el destete esté yendo demasiado rápido para sus necesidades.
Consultas: Lic. Karen Barilas – Instituto Uruguayo de Lactancia Materna. www.iulam.org.uy