¡El clima está muy loco! Cuando una siente los primeros calorcitos y empieza a tomar consciencia de que se viene el verano, aparece otro día que te vuela esa idea de un plumazo y te obliga a desempolvar camperas y bufandas. Así estuvimos todo el año, guardando camperas en junio y usándolas a mediados de octubre. Programando y reprogramando una linda tarde para hacer fotos.
Por suerte ese día llegó, el sol salió, y de la mano de Gap hicimos una sesión fotográfica con nuestros hijos, para renovar la “cara” del blog y de las redes sociales en las que estamos. Con tal fin, fuimos al parque para pasar una tarde a puro flash y estreno de ropa que quedó bien bautizada tras algunas pruebas en “los charcos de lodo”.
Pero la vida no es perfecta, y tiende a ser más difícil de controlar cuando se tiene hijos. Porque a la inestabilidad del clima se le puede sumar el vaivén de emociones de los niños, con un autocontrol poco dominado, algún berrinche inoportuno y algo de resistencia al «chiiiiis» cuando más lo necesitamos. Nadie dijo que sacar fotos a niños fuera fácil. Quienes hayan vivido una sesión de éstas con sus hijos lo sabe: ¡sacamos más de 100, descartamos cerca de 90! Porque estas mamás reales, tienen hijos reales. No fue tarea fácil, pero salieron lindas, ¿no?