Carmen Sanguinetti es mamá de Trini, Benja e Isabel. Desde su lugar, trabaja para lograr más #INCLUSIÓN, no solo a nivel de instituciones educativas sino, y principalmente, en la consciencia de los ciudadanos de a pié. Su tercera hija, Isabel, quien nació con síndrome de down, es su principal motor en esta tarea. Aquí nos cuenta sobre la mayor enseñanza que le trajo la maternidad, que se vio exacerbada, ineludiblemente, con la llegada de Isa.
«Me resulta difícil pensar en «la mayor enseñanza» que me trajo la maternidad porque me trajo muchísimas! Creo que una de las más significativas tiene que ver con la aceptación de la esencia de nuestros hijos, aceptarlos en su totalidad. Una vez escuché a una persona comparar la tarea del maternaje con la de un jardinero… hay que cuidar esas plantitas que plantamos, ver si precisan más o menos luz, más o menos agua, si le hace bien el frío o no… El tema es que los jardineros saben que si plantaron una rosa, va a crecer una rosa. Como padres, cultivamos esa observación de nuestros hijos, de su esencia, de lo que les gusta y no les gusta, les hace bien o no… pero la gracia está en que tenemos que ir descubriendo si son rosas o jazmines. Creo que uno de los grandes desafíos y enseñanzas pasa por haber descubierto la importancia de que nuestros hijos se sientan amados en su totalidad, con sus luces y también con sus sombras. Es una enseñanza que es más fácil a nivel conceptual pero en los hechos, llevarla a la práctica muchas veces me resulta dificilísimo.»