Juntos, paso a paso
Hace varios años, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, la situación de muchos bebés que quedaban huérfanos y hospitalizados, privados del contacto materno, llevó al psiquiatra y psicoanalista británico John Bowlby a estudiar cuáles eran las consecuencias que traería a largo plazo esa falta de sostén y cuidados por parte de las figuras de referencia. El resultado de su investigación fue un reporte titulado Maternal Care and Mental Health (Cuidados maternos y salud mental) que publicó en 1951 y fue la base de lo que posteriormente se conoció como la teoría del apego. Lo que se vio en esos bebés hospitalizados es que aquellos que recibían cariño, mimos y contacto además de alimento, se desarrollaban y crecían mucho más que aquellos a quienes solo se les brindaba alimento (en mismas cantidades). Lo nutritivo del contacto con esas figuras de apego fue medible a partir de esa triste situación y dejó en evidencia que mucho más allá del alimento, el ser humano busca amor desde que nace. Y lo que es más importante, lo necesita para crecer …