Hace unos años, un grupo de mujeres profesionales de la salud, notó un vacío en cuanto a la formación en lactancia y en el acompañamiento a la mujer durante el embarazo y luego del mismo. Para paliar ello crearon IULAM (Instituto Uruguayo de Lactancia Materna), una ONG desde la cual promueven la lactancia, así como las buenas prácticas de cuidado y atención para la primera infancia.
Pero sobre todo, IULAM brinda un espacio donde se difunde información y se generan agentes sociales de cambio, siempre con una mirada respetuosa de la mujer, su bebé y la familia.
A pocos días de la Semana Mundial de la Lactancia Materna (que va del 1 al 7 de agosto), conversamos con la psicóloga y asesora en lactancia Claudia López, una referente en el tema, autora de Dar de mamar: manual práctico de lactancia materna (editorial Planeta).
Siempre se habla de los beneficios de la lactancia materna y todo el tiempo se descubren nuevos atributos de esta leche. ¿Cuáles son las últimas novedades que puedas contarnos sobre sus bondades?
Los últimos descubrimientos tienen que ver con beneficios inmunológicos y de desarrollo para el bebé y futuro adulto, por ejemplo, ahora se conoce que la lactancia materna es un factor de protección contra la obesidad así como frente a trastornos emocionales. Asimismo, se ha comprobado que la leche materna tiene un efecto protector frente al desarrollo del trastorno del espectro autista, así como en la microbiota intestinal. Todos elementos que continúan en investigación.
Lo importante de estos descubrimientos es conocer que la lactancia materna tiene un impacto no sólo en el bebé, sino en su futuro. Puede tener un impacto muy positivo en su salud para toda la vida.
Se viene la semana de la lactancia maternal. ¿Harán algo puntual esos días?
Tendremos distintas actividades con el objetivo de difundir información y dar a conocer la importancia de que la sociedad toda apoye a las mujeres en sus lactancias. El lema de este año es “Construyendo alianzas para proteger la lactancia materna”. Desde IULAM se promoverá una campaña en las redes, en donde distintos protagonistas de nuestra sociedad nos prestarán su imagen bajo el hashtag #yoapoyolalactancia. Entendemos que es crucial comprender que la lactancia va mucho más allá de la madre y su bebé. Para que una mujer pueda amamantar es necesario del apoyo de todo su entorno, de su sistema de salud y de la comunidad.
¿Qué otras campañas están implementando actualmente en IULAM?
Desde el mes de abril el equipo del Instituto está asistiendo a mujeres afiliadas a salud pública durante su internación al nacer su bebé. En estas instancias nos hemos encontrado con mujeres increíbles, que hacen esfuerzos muy importantes para poder sostener la lactancia en bebés que han nacido prematuros, de bajo peso o con alguna dificultad. En estos casos, se hace imprescindible que la mujer tenga algún sistema de ordeñe mecánico, que le facilite la labor. Nos hemos encontrado con mamás que se ordeñan con peras de goma o jeringas invertidas, un mecanismo sumamente doloroso y anticuado.
Por esta razón estamos recibiendo donaciones de ordeñadores nuevos o usados, que nos encargamos de acondicionar para ofrecerles a las mujeres con las que trabajamos. En todos los casos que se dona un ordeñador, se hace un seguimiento de la situación y se la acompaña a la mamá en su lactancia.
¿En qué te benefició a ti la lactancia? ¿Por qué la recomendás?
La lactancia, para mí, no fue una tarea sencilla. Con mi hija mayor tuve distintas dificultades y pasé por todos los mitos que se conocen. La mayor enseñanza que me ha quedado de la experiencia es el intercambio con el bebé. Por ejemplo, me habían enseñado a ofrecer el pecho cada 3 horas y 10 minutos de cada lado, lo cual fue nefasto, mi hija lloraba de hambre y tenía un aumento de peso en el límite de lo esperado. Tuve que hacer el ejercicio de “escucharla”, interpretarla y confiar en mí interpretación. De esta forma pude aprender del vínculo, conocernos y juntas encontrar el camino para que funcione.
Hoy en día, recomiendo y promociono la lactancia, desde este lugar, que sea algo entre la madre, el bebé y su familia. No hay fórmulas ni reglas en la lactancia. No hay un tiempo mínimo ni un tiempo máximo. Lo que hay es una realidad y la lactancia se tiene que ajustar a la situación presente de la familia.
Por Carolina Anastasiadis