¿Cómo llevaron estas vacaciones de invierno? ¿Les ha pasado de no poder parar aún cuando se tomaron unos días?
La cronopatía -esa sensación de culpabilidad por tener momentos de ocio o descanso- está sumamente integrada a la vida del siglo XXI. Hacer «nada» es visto como una pérdida de tiempo cuando se sabe (porque la ciencia lo ha probado) que el descanso es parte fundamental del propio trabajo y, por supuesto, condición indispensable para una buena vida. Aprovechar al máximo cada momento se ha vuelto una obsesión en contra del tiempo natural que necesitamos para disfrutar. Así lo ven los neurobiólogos que estudian el sueño. Así es.
Cuando no dormimos, así como no hay reparación ni consolidación del aprendizaje, tampoco hay creatividad ni reseteo de los sentidos. Por eso sin parar no se puede disfrutar. Es un hecho.
Fácil decirlo, difícil vivirlo. Porque a veces paramos de movernos, pero nuestra cabeza sigue a millón. Por eso, tomando el aprendizaje de las vacaciones, queremos invitarlas a pensar cómo hacer una pausa consciente cuando tenemos tiempo de parar (los fines de semana, por ejemplo), para volver con más energía, más ideas y sobre todo para poder disfrutar más con sus hijos cuando se da el tiempo libre compartido.
¿Qué tal si…?
· Observamos a los niños, y aprendemos de estos pequeños grandes maestros del momento presente y de la eternidad. Ellos nacen sintonizados con los tiempos naturales, aunque a veces, la vida misma, la tecnología y los malos hábitos modelados en casa, también los pueden arrastrar y alejarlos de vivir en bienestar.
· En vez de llenar de planes la agenda infantil y familiar, las invitamos a respirar 1, 2, … hasta 10 veces, antes de responder a su «estoy aburrido», con una tablet, el celular o plan flash. Se sorprenderán con el desenlace. Los niños son especialistas en fundirse a la vida y zambullirse de lleno en lo que tienen entre manos. Pueden tardar un poco, pero ante el aburrimiento, tarde o temprano estalla su creatividad y pueden perderse por horas en una caja de cartón, en un dibujo misterioso o en la Naturaleza, donde los micro espectáculos están a la orden del día.
· También las invitamos a enfocarse en una actividad por vez. Los celulares y el mundo al alcance de un click, nos llevan a pensar que podemos hacer todo junto. La neurociencia ya probó que, a contracorriente de lo que pensamos, hacer varias cosas a la vez lleva al error (¡y eso cuesta más tiempo después!).
Y si aun así nos sentimos arrastradas por el hacer y nuestra cabeza sigue en «modo urgencia», entonces (o primero), las invitamos a llevar la atención al cuerpo, a la respiración, a los sentidos, todas anclas que nos ayudan a parar, y observar. En vez de dejar a nuestra mente vagar por ahí, tomémosla de la mano y démosle dirección. Respirar y prestar atención a los sentidos ayuda a volver al aquí y ahora. A casa. A lo único real.
Así, junto a Johnson’s Baby Uruguay, las invitamos a PAUSAR. Los niños son nuestros aliados en este sentido, lo saben hacer de forma natural. Así que quedémonos ahí, cerquita de ellos. Juntos, paso a paso. ¡Y a disfrutar!
