Mamáaaaa!
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Los juguetes y la estimulación

¿Cuáles son los mejores juguetes para nuestros hijos? ¿Qué debemos considerar a la hora de jugar? ¿Cómo podemos ayudarlos a desarrollarse de la mejor manera?

La Psicomotricista, Iara Bermúdez, nos propone una nueva forma de jugar, más barata, más simple y sobre todo, más productiva.

Por Lic. Iara Bermúdez, Mamá Real invitada

Hoy nuestra sociedad se encuentra inmersa en la cultura del consumo, y ni padres ni bebés le somos ajenos a esta situación. Pareciera que para tener un hijo es necesario TENER una gran cantidad de objetos y productos. Pero la realidad -por suerte- demuestra que no necesitamos tantas cosas.

En los dos primeros años de vida el bebé desarrolla un sinnúmero de funciones y capacidades ya que su cerebro se encuentra en la etapa de máximo desarrollo, y para esto necesita pasar por diferentes experiencias. Experiencias vinculadas al contacto piel a piel con otros, a sensaciones corporales tanto en quietud como en movimiento, a la exploración de su propio cuerpo y de diversos objetos y texturas que los rodean.

Considerando estas experiencias indispensables para su desarrollo, vemos que el lugar del juguete en ellas no es indispensable, ya que el juego se puede llevar a cabo con objetos muy sencillos y no sólo con juguetes de alto costo y complejidad. Los bebés necesitan juguetes simples, neutros, que les permitan crear e imaginar, no necesitan ni cantidad de juguetes ni tampoco aquellos que los sobre-estimulen con exceso de ruidos, luces y movimientos. Además, un aspecto muy importante a considerar, es que las experiencias de los bebés deben darse en un contexto de afecto, amor, contención y disponibilidad emocional por parte de la madre, padre o quien cumpla este rol.

La importancia de la afectividad en el juego

Frecuentemente en las jugueterías nos encontramos con sillas que se hamacan solas en diversas frecuencias y ritmos, que “cantan” al bebé, móviles con música, luces y movimientos, juguetes con múltiples botones que realizan variadas funciones, andadores, jumpers y entretenedores, que “entre-tienen” al bebé, o sea, lo “tienen” ocupado mientras nosotros estamos ocupados, pero no estimulan su desarrollo, no le permiten explorar sus posibilidades ni conocer su cuerpo y sus posibilidades de movimiento.

Estos objetos generan experiencias en el bebé pero sin afectividad, sin otra persona que dé significado a lo que está viviendo, y sin permitirle explorar qué es lo que verdaderamente puede hacer con su propio cuerpo.

Esto no significa que dichos juguetes sean malos para el niño, pueden permitirle incluso ciertos aprendizajes, pero es importante que pase más tiempo experimentando otro tipo de actividades y no solo, sino jugando e intercambiando con otros.

El camino alternativo

Hay múltiples actividades que los padres pueden realizar con sus hijos para divertirse, entretenerse y a la vez estimular su desarrollo y creatividad. Lo principal a la hora de elegir qué hacer con ellos es pensar en la variedad de experiencias por las que necesita transitar y utilizar nuestra propia creatividad para inventar diferentes actividades para divertirnos juntos.

Se le pueden ofrecer al bebé variedad de potes, vasos, embudos, palillos, tuppers, tapas u objetos de plástico, que le permitan realizar juegos de meter y sacar objetos, chocarlos entre sí, realizar diversos sonidos, apilarlos, tirarlos, frotarlos… Todos los utensilios de cocina que no lastimen pueden usarse para estos juegos, incluidas las ollas que hacen ruidos muy divertidos para ellos.

También se puede agregar a estos elementos algunos alimentos secos como porotos, polenta, fideos, lentejas y también gelatina o merengue; con los que el niño pueda jugar, sentir, explorar diferentes texturas y su consistencia, etc… Con esto ayudamos también a la alimentación ya que los niños experimentan diversas texturas y comienzan a practicar llevarlas a la boca ya sea con la mano o cucharas con las que también pueden jugar.

Se les puede ofrecer además dactilopintura para lo que les recomiendo comprar papel camilla o papeles grandes, y ponerle ropa que pueda mancharse; de esta manera el bebé podrá explorar la pintura con libertad de ensuciarse. También, luego del año, se les puede dar masa o fabricar masa con ellos cuando cocinamos. Además les gusta jugar con diversos tipos de cajas de distintos tamaños y papeles, lanas, telas, cuerdas… con estas cosas se pueden fabricar juguetes caseros que contengan cierres, botones, cintas, lanas, pompones, que son objetos que estimulan la coordinación y creatividad de los más chiquitos.

Dependiendo de la edad de los bebés o niños estas actividades serán sólo de exploración o -por el contrario- comenzarán a realizar manualidades con los materiales disponibles.

Un aspecto importante a considerar son los juegos con el cuerpo del adulto, aquí la variedad es infinita; se puede jugar con las manos, al caballito, hamacarse o balancearse, tirarlo hacia arriba, jugar con las caídas, con las palabras, imitando gestos con canciones, rimas, sonidos diversos, entre muchísimas otras posibilidades que el cuerpo nos brinda.

Algunas conclusiones; para pensar…

Si bien los bebés pueden mostrarse entretenidos con diversos juguetes y objetos -quietos y sin “molestar” al adulto- es importante reflexionar qué tipo de estímulos le estamos ofreciendo y cuáles son los que necesitan para un adecuado desarrollo.

Quizás por momentos resulte más difícil para el adulto pensar en este tipo de actividades que en poner al niño en un entretenedor o frente al televisor, pero les aseguro que se apuesta a un mejor desarrollo, ayudándolos a ser más creativos, inteligentes, autónomos y seguros de sí mismos.

Los niños que exploran más aprenden a jugar solos, mientras que los que viven rodeados de juguetes y sobre-estímulos, si bien pueden aparentar estar más entretenidos de bebés, son luego niños que necesitan constantemente acción, entretenimiento y que no saben aburrirse y crear cosas por sí mismos.

Es importante brindarle a los bebés experiencias diversas con objetos más neutros y sencillos, y de esta manera los niños se vuelven más exploradores y creativos, aprenden a jugar solos y su desarrollo motor, socio-afectivo y cognitivo obtiene grandes beneficios.

Como mamá les digo que muchas veces uno siente la necesidad de mantener “ocupados” a nuestros bebés para que nos permitan “hacer cosas” y a veces somos nosotros los que en vez de “hacer cosas” tenemos que buscar elegir objetos o materiales con los que ellos puedan no solo “entre-tenerse” sino también crear y explorar el mundo que los rodea. Quizás puede ser un esfuerzo mayor como papás pero tenemos que pensar que antes de los dos años del niño estamos sembrando para su desarrollo futuro; las millones de conexiones neuronales que se generan día a día a estas alturas, son la base para todos los aprendizajes futuros.

 

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