Mamáaaaa!
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Comer como un león

 

Ya pasaron dos años desde que tuve a mi primogénita pero mantengo intactos algunos recuerdos de esa etapa a la que tan poca fe le tenía y que terminó siendo una misión cumplida con creces -muchas creces-: La lactancia.

Recuerdo dos cosas en particular sobre esos meses. La primera es que nunca pensé que iba a ser un tiempo tan intenso, menos que me agotaría física, mental y hasta psíquicamente (levantarte cada 2-3 horas a diario durante tantos meses sin duda te transforma algo de la psiquis). Fue divina sí y hoy, con el diario del lunes, agradezco haber tenido la voluntad y haber sido, aunque menos que una Oreiro, una buena vaca lechera. Mi hija no se enferma nunca (este es el momento en que toco todas las maderas sin patas, cruzo dedos y demás) y estoy convencida que es consecuencia de una buena lactancia.

Y el segundo recuerdo grabado a fuego de esta etapa que en mi caso duró casi 11 meses, tiene que ver con un motivador muy particular: durante la lactancia comí, comí y comí. Lo que quise, a destiempo, en combinaciones que hoy veo casi imposibles, grasas, harinas, dulces; todo, sin filtro. Nunca tuve tanta hambre en mi vida. Pienso en lactancia y se me vienen a la cabeza miles de imágenes nocturnas en las que deambulaba por la cocina, cual perro, buscando algo para comer. Abría la heladera, la alacena, el horno y tras el registro elegía (el orden, porque comer, comía de todos lados un poco). Pienso en la lactancia y recuerdo el olor a milanesa fría con mayonesa que ataqué sin nada de culpa a las tres de la mañana una noche, o esa pizza fría y vieja que devoré como si fuera el mejor plato gourmet.

La lactancia DA HAMBRE. La lactancia DA VORACIDAD. La lactancia DA GANAS DE MASTICAR… con la lactancia una pierde la capacidad de discernir alimento bueno de malo; el simple hecho de que algo sea alimento lo habilita a ser considerado opción masticable.

Para aquellos que estén pensando que quedé del tamaño de un oso, les aviso que no. Creo que tuve suerte y, una vez más, como en todo lo vinculado a la maternidad, LA NATURALEZA ES SABIA. La lactancia me dejó del tamaño de una garza. En parte creo que tuve suerte.

Pero la realidad es que posparto, es tiempo de organizarse nuevamente con las comidas y de empezar a pensar en nuestro envoltorio que tan castigado estuvo los meses anteriores. La lactancia adelgaza, es cierto. Pero tampoco es cuestión de tirar manteca al techo.

Aquí les cuento algunas cuestiones nutricionales sobre esta etapa, compartidas por la nutricionista Luciana Lasus -mientras almorzábamos en un lugarcito lleno de cosas ricas-!

Si podemos amamantar:

  • Durante la lactancia el requerimiento de energía de la madre aumenta en unas 500 kcal por día, no más como suele decirse popularmente. ¿Qué significa esto? Que si bien no es una etapa para escatimar en calorías, tampoco es cuestión de ingerir alimentos en cantidades desmedidas y calidad desordenada. Si no podemos amamantar, ese gasto de calorías extra no existirá entonces podemos organizar la alimentación más temprano.
  • Es recomendable evitar alimentos alergénicos, cuyos principios pueden (aunque no necesariamente) pasar a través de la leche (mariscos, chocolates, excesos de vitamina C). Así como café, mate y tabaco, que en exceso podrían alterar el sueño del bebé o disminuir la producción de leche.
  • Serán necesarios alimentos fuente en proteínas de buena calidad: lácteos descremados, carnes magras, clara de huevo.
  • También aumentan los requerimientos de líquidos. El agua será esencial en cantidades mayores a las consumidas en el embarazo. El cuerpo la pide.
  • Si alguna suplementación con fármacos fuera necesaria, deberá ser consultado con el médico. Sobre el calcio y el hierro, cuyas necesidades también están aumentadas es recomendable asegurar buenas reservas ya desde el embarazo y no aumentar tanto el consumo durante la lactancia.
  • Es importante cuidar el exceso de azúcares y grasas para evitar un aumento de peso indeseable, que a menudo ocurre a mamás que amamantan a sus hijos y en lugar de bajar de peso, engordan, ya que el apetito generalmente está aumentado y la ansiedad también.

El  subcomité de Nutrición de EEUU propone una pérdida de 0.5 a 1.0 kg por mes después del primer mes. Sumado a la organización de la alimentación es aconsejable retomar la actividad física apropiada cuando el médico indique y cuando el cansancio y fatiga propios de esta etapa lo permitan.

Alrededor de los 6 meses posteriores al parto, la lactancia comienza a ser combinada con alimentos y las mamás estamos más dispuestas a hacer deportes, comer de forma más inteligente y reducir las calorías y bajar los quilos que todavía hayan quedado.

Algunos consejos prácticos para tu alimentación:

  • Planificar y organizar la compra de los alimentos permitiría tener disponibles aquellos más adecuados.
  • Servirse porciones más pequeñas de las habituales.
  • Comer varias veces al día, alimentos más livianos. ¡¡Sin picotear!!
  • Los fiambres y embutidos (todos ellos) no son recomendables por su altísimo contenido de grasa y sal, tanto como la manteca, mayonesa y crema doble.
  • Eliminar las grasas visibles de los alimentos: pieles y bordes.
  • Usar todas las formas de preparación excepto frituras.
  • Evitar alimentos con alto contenido de azúcares, que además de aportar calorías en general vienen acompañados de grasas (golosinas, galletitas, masitas, tortas, bizcochos).
  • Compensar una comida concentrada en calorías con ingestas más livianas a lo largo de ese día, lo que no implica cuidarse de lunes a viernes y desperdiciar el esfuerzo el fin de semana. 

Por Carolina Anastasiadis

3 Comments

  1. Victoria says

    Me encanta la web.
    Solo tengo una acotación bien simple… Y es que los temas de lactancia deberían comunicarse de manera mas «delicada», porque hay muuchas mamis que por diversos motivos no pueden amamantar (no pirque no quieran). Entonces, para esos casos, sumado al cansancio y cambios psicológicos y físicos de ser madres, suman esta frustración leyendo continuamente lo buenas madres q son las madres que dan pecho, y lo sanos que salen los niños que reciben leche materna…. Bajenle un cambio, hay miles que no dan la teta, y los chicos salen sanísimos y hermosos, y ellas no son peores ni mejores madres.

    Gracias por permitirme estas palabras, con todo respeto
    Gracias!
    Vic.

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    • caroanas says

      Hola Victoria! Gracias por tu mensaje!…y te pedimos disculpas si lo sentiste así. En realidad, la idea era ponerle un poco de humor a la lactancia, respecto a que te sentís un león comiendo la presa que tengas enfrente. Claro que sabemos que la lactancia es para quien puede y no solo para quien quiere; y sí, hay niños sanísimos criados a complemento!…mi mamá creo que no llegó a darme ni 2 meses de teta porque trabajaba muchas horas y sin embargo, siempre tuve muy buena salud. De hecho, creo que crecí a pura leche Conaprole entera, porque ni siquiera existía el complemento o era muy caro.
      En estos días próximos, en agosto, estaremos haciendo alguna entrevista con una asesora para tocar el tema más «seriamente»..con info que pueda ser de utilidad para las mamás que estén pasando por esta etapa o estén próximas a la misma.
      te mando un beso!! Carolina

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  2. tania says

    Hola mamásreales! Me encanta sus publicaciones y en varias me identifico.
    Con mucho respeto no comparto la opinión de Victoria. Desde ese punto de vista una mujer feliz de tener 2 o 3 hijos no podría expresarlo por aquellas que no puedan embarazarse.
    En lo personal tuve la suerte de amamantar a mi 1er hijo 14 meses y con mi 2da hija solo 2 meses amamanté a pleno y me sentí muy frustrada por eso.
    Solo comparto con las lectoras mi experiencia!
    Sigan adente! BESOSSS

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