Mis hijas se llevan dos años de diferencia. Con la mayor, el pediatra me indicó empezarle a dar alimentos a sus seis meses. Francisca tiene 9 meses y desde los 5 come carne, pollo y casi todas las frutas y verduras. O cambió el manual, o los nuevos niños traen un librito distinto para su interpretación.
Sobre las primeras comidas, la importancia del hierro (¿¿sabías que tiene que ver con la inteligencia???) y de la vitamina D en la primera infancia…y algunos detalles más sobre cómo debemos introducir a los niños a la mesa, conversamos con la Licenciada en Nutrición Patricia Piñeyro, de MP.
Hace unos años, los pediatras recomendaban que los bebés empezaran a comer a los 6 meses. Hoy, algunos recomiendan empezar antes. ¿Qué ha cambiado? ¿Cuál sería el momento ideal?
Hasta hace un tiempo, la “alimentación complementaria” se iniciaba a los 6 meses si el lactante se alimentaba con leche materna exclusivamente y a los 4 meses si se alimentaba con fórmula. Ahora el Comité de Nutrición de la Sociedad Uruguaya de Pediatría sugiere que la misma se inicie no antes de los 5 meses ni después de los 6 meses, porque se ha visto que solo la leche materna entre los 5 y 6 meses no suele cubrir las necesidades nutricionales. Claro está que hay que ver la situación particular de cada niño y lo que disponga su pediatra, dependiendo de cómo esté creciendo y factores de la familia del bebé.
La “alimentación complementaria” debe seguir siendo, como dice la palabra, complementaria a la leche materna y una transición hasta que comience a comer con su familia.
¿Por qué siempre se recomienda introducir los alimentos de a uno?
Siempre se sugiere que los alimentos se vayan introduciendo de a uno para ver la tolerancia del bebé a los mismos. Si se les ofrecen todos los alimentos juntos en una primera instancia, no se podría determinar con exactitud a qué alimento el bebé es intolerante o alérgico, si hubiera alguna reacción.
¿Cuáles serían los alimentos a introducir en una primera instancia y cuáles no?
Actualmente, se han ampliado las opciones para comenzar la alimentación complementaria. Lo ideal es comenzar con verduras, carnes (inclusive pescado), frutas (cuidando cítricos y frutillas si el lactante es alérgico), cereales (arroz, harina de maíz, fideos), leguminosas, lácteos (sin colorantes) y aceites.
Los alimentos que no se recomiendan son aquellos que contienen alto contenido de sodio y azúcares refinados como los quesos maduros, dulce de leche, postrecitos industrializados, jugos azucarados o industrializados, y fiambres. Como bebida, la única recomendada es el agua.
Desde los primeros meses, los pediatras indican dar a los bebés hierro y vitamina D. ¿Por qué son importantes? ¿Se deben seguir tomando cuando los bebés empiezan a comer?
Las últimas pautas de la Sociedad Uruguaya de Pediatría sugieren la suplementación de vitamina D desde el mes hasta el año de vida, mientras que el hierro se comienza a los 4 meses hasta los 2 años.
La vitamina D participa en el metabolismo óseo, y una deficiencia puede generar raquitismo en el niño. El hierro es fundamental para prevenir anemias. Una deficiencia de hierro afecta el desarrollo cognitivo de niños y adolescentes, altera la inmunidad, entre otras.
¿Es cierto que el hierro está vinculado a la inteligencia del bebé?
Es cierto. Según el Plan Nacional para la salud perinatal y primera infancia del MSP, se indica que diversos estudios demuestran que los niños con anemia presentan una reducción de entre 6 y 10 puntos en escalas de evaluación de desarrollo mental y motor, comparados con niños sin anemia.
¿Qué alimentos contienen hierro?
El hierro se encuentra en carnes rojas, hígado, pollo y pescado. Este hierro se absorbe más fácilmente que el hierro proveniente de las leguminosas o de algunas verduras de hojas verdes, que es necesario ayudar su absorción con el consumo de cítricos en el momento.
¿Cuándo un niño se integra a la mesa familiar?
Lo ideal es que a medida que comienza a comer, ya pueda compartir el momento de la mesa familiar. A partir del año es ideal que ya estén integrados a la mesa familiar y que en la misma haya variedad de alimentos, para asegurar el aporte de todos los nutrientes para el niño y, por ende, su adecuado desarrollo y crecimiento. Es un óptimo momento para el fortalecimiento de hábitos alimentarios saludables.
Por Carolina Anastasiadis