De adultos probablemente huyamos de las rutinas, porque nos aburren, porque siempre es más emocionante la sorpresa. Pero la realidad es que con hijos, esos consejos de madres y abuelas respecto a su importancia para ordenar la vida y el sueño de los más pequeños, son bienvenidos. Con la certeza de que cumpliendo determinados pasos, el niño dormirá, entonces, ¡aceptamos!
Más allá del grado de control que a las mamás nos guste tener sobre la vida de los pequeños (¡y sobre la vida en general!), la ciencia ha probado que la repetición constante de algunas actividades son fundamentales a la hora de brindarle seguridad y tranquilidad al niño. Un niño que sabe que luego del baño llega el pijama y luego la cena, vivirá esos momentos de la tardecita-noche (¿la hora de las brujas?) con mayor serenidad y menos estrés que un niño que no pueda anticiparse a lo que vendrá.
Pediatras y médicos de distintas disciplinas han estudiado el hábito del sueño en bebés y niños de todo el mundo y coinciden en que para inducir ese momento tan importante, hay que lograr mantener una rutina que ayude a desacelerar el ritmo del día. Algunos lo llaman momento de “la afectividad”, y todos coinciden en que llegar al sueño con un estado tranquilo favorece el buen descanso. ¡El gran tema es cómo hacerlo!
Tras tantos años de estar en contacto con madres y padres de todo el mundo, Johnson & Johnson ha apadrinado varias investigaciones para brindar soluciones a un tema tan sensible y arribó a una rutina de 3 pasos que parece infalible.
Esta rutina, que fue probada por más de 400 madres y sus hijos, reveló que tras siete días de ser aplicada, los bebés adormecieron un 37% más rápido y se despertaron un 38% menos de veces.
Y no se trata de nada extravagante, sino de tomarse el tiempo necesario para generar este clima, tener paciencia y entregarse a disfrutar durante ese ratito último que tenemos en las tardecitas-noches con los pequeños. O sea, hacer justamente lo contrario a lo que hacemos todas (estresarnos) cuando las brujas se apoderan de la casa con sus escobas.
La rutina consta de 3 pasos:
Paso 1. Baño tibio.
Paso 2. Masajes relajantes.
Paso 3. Momento de tranquilidad (donde se puede compartir una lectura, contar una historia, etc.)
Madres de todo el mundo probaron la rutina para antes de dormir. A la semana de llevarla a cabo, los resultados fueron los siguientes:
- _36% de ellas estaban menos tensas
- _45% menos cansadas
- _54% menos irritadas
- _35% menos confundidas
- _53% menos deprimidas
- _22% más energizadas
No tenemos ni que explicar que la falta de sueño del niño repercute en toda la familia, ni el efecto dominó que una mala noche trae. Así que para tener una vida familiar armónica ¡bienvenidas sean las rutinas!