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A prepararse… ¡empiezan las clases!

A días del comienzo de clases, para ir calmando la ansiedad y saber cómo acompañar a los pequeños de la mejor manera, consultamos a la psicóloga Florencia Pérez. Aquí compartimos algunos conceptos e ideas a tener en cuenta en casa. ¡Buen comienzo de año!

¿Cuáles son las consultas y miedos más comunes de los padres y niños previo al comienzo de clase?

El comienzo de clases suele venir acompañado de miedos y ansiedades; como todo cambio causa incertidumbre y expectativa, y es dicha incertidumbre la que trae ese miedo y ansiedad. Pueden aparecer pensamientos tales como: » ¿será muy difícil?” «¿estarán mis amigos?” “será buena la maestra?”, y habrá un sin fin de dudas y cuestiones que podrán venir con la nueva etapa.

Resulta fundamental desde casa acompañar este proceso de adaptación, estando presentes y abiertos al diálogo con nuestros hijos. Que puedan poner en palabras lo que sienten y piensen es muy importante y de gran ayuda para sentirse acompañados y escuchados, así como evacuar dudas y bajar ansiedades. La contención y el sostén que les brindemos será siempre fundamental, pero más aún en un proceso de cambio.

En líneas generales la consulta que más aparece en estos casos es: ¿cómo debo acompañar este proceso? ¿Qué hago si mi hijo no quiere ir? Me dice que no le gusta la maestra, me dice que se queda solo en el recreo, ¿qué es lo que tengo que hacer?

Lo que debemos procurar en todos estos casos es brindar herramientas a nuestros hijos para que puedan resolver por ellos mismos asertivamente, así como acompañar aquellos momentos en donde la frustración traiga consigo angustia, conteniendo desde el lenguaje gestual, tanto como con la palabra.

No podemos evitarles golpes y frustraciones, pero sí podemos enseñarles a pasar las mismas y fortalecer sus herramientas internas, para que en un futuro, una vez que aparezcan nuevos obstáculos, puedan pasarlos con menor sufrimiento y mayor capacidad resolutiva.

¿Cómo podemos prepararnos como familia para ese comienzo? 

Como familia son fundamentales dos puntos. Por un lado, desde la logística, ser cuidadosos con la organización y los hábitos de los niños. Si bien puede parecer un punto no tan relevante, resulta fundamental que el niño viva estabilidad en sus hábitos, coherencia y organización. Con el inicio de las clases conviene organizar nuevamente los horarios ajustando los mismos a la exigencia escolar. Cuidar el descanso y las horas de sueño en pos de la exigencia y carga horaria que van a tener.

Asimismo importa estar atento a las necesidades y emociones del niño, que podría mostrarse diferente, con cambios de humor o de conducta.

¿Es mejor darle importancia a ese comienzo o demasiada trascendencia le agrega estrés?

Sin ningún lugar a dudas hay que darle importancia, pero recordar que es un proceso natural en el cual el niño va ir acomodándose con nuestro acompañamiento.

Si nosotros como padres nos sentimos fuertemente movilizados por este comienzo de clases ejerceremos influencia en el sentir de nuestros hijos, razón por la cual recomiendo intentar bajar nuestra ansiedad y nuestros propios miedos y dejar que nuestros hijos se vayan acomodando, claro está, con nuestro apoyo.

¿Qué cambios son esperables en los niños cuando empiezan las clases?

Los cambios pueden aparecer como no, depende de las características del niño y del proceso que vaya realizando en su adaptación. Dicho proceso es único e individual, y más allá que podamos hablar de generalidades, cada niño lo vive a su manera. En una misma casa, en donde viven varios niños, cada cual con su edad, su historia y su estructura psíquica, podemos observar que algunos pueden adaptarse rápidamente sin cambios sustanciales en su conducta y posiblemente pueda pasar que otro se vea algo afectado porque el cambio le cuesta un poco o mucho más.

En este segundo grupo de niños en quienes sí observamos cambios podríamos encontrar un abanico diferente de situaciones, como ser, irritabilidad, ansiedad, mayor tendencia al llanto, entre otros; de todas formas es importante explicar que dichos cambios en la conducta, con contención y acompañamiento de las figuras de afecto, son cambios circunstanciales que deberían gradualmente ir mermando hasta desaparecer.

Por último, en aquellos niños con alguna dificultad específica, todo cambio resulta más complejo de procesar, por lo que necesitará apoyo profesional con un marco que se ajuste a dicho caso así como mayor contención y apoyo.

Más allá del grado de dificultad que encuentren o no los niños en estas etapas nuevas, el estar presente, transmitirles nuestras experiencias, pensamientos positivos y nuestro amor, es sin duda muy importante cualquiera sea el niño y su situación.

Lic. Ps. Florencia Pérez Capurro. Especialista en niños y adolescentes -fperezcapurro@hotmail.com-

 

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