Llegamos sobre las dos de la tarde y nos abrió Nacho, su marido. Nos acomodamos en el living y minutos después apareció Clemen gateando, escapada del dormitorio de los papás en donde Steffi Rauhut se estaba cambiando luego de terminar de hornear una torta. Nachito, de 2 años, nos recibió pegado a la ventana, asombrado con el tractor que abajo del edificio cortaba el pasto del jardín. Y llegó Steffi, pelo recogido e impecable, cara luminosa.
Steffi es modelo –hizo campañas acá y para Argentina y comerciales para Uruguay, Argentina, EEUU, Reino Unido, Colombia y más países – pero antes que eso, es cocinera. Su blog “Not only salad” nació en 2015 como forma de expresión para compartir recetas y terminó transformándose en un medio de vida que es fiel reflejo de una personalidad práctica, despojada y a la vez sofisticada.
¿Qué querías ser cuando eras niña?
Siempre me gustó cocinar pero me apasionaba también todo lo que es la arqueología, especialmente egiptología. Tengo muchos libros sobre eso que me regalaron en mi infancia. Me encanta todo lo que es Egipto, civilizaciones antiguas, descubrimientos. Ese fue mi primer amor por una profesión. Es más, ¡creo que es una materia pendiente! Y un viaje a Egipto también.
Clemen gatea y está en ese momento en que se agarra de la mesa e intenta dar pasitos. Estira el brazo tentada con una torta que hay en el centro. Steffi la mira relajada mientras va respondiendo a las preguntas; desde que es mamá se rindió a las migas mientras ellos están despiertos y también un poco al desorden si eso implica juego. “Dame un segundo, porque ahora se puso peligroso”, pide Steffi. La curiosidad de Clemen alcanzó el cuchillo y ella la agarra a upa con tranquilidad, la sienta en su falda. Seguimos.
¿Qué llega primero, la cocina o el modelaje?
Me gradué del colegio Alemán y siempre supe que iba a hacer gastronomía. Entré en el Instituto Crandon. Sucedió que inmediatamente después de graduarme, se dio solo el tema del modelaje. Mi idea era empezar a trabajar en un restaurante, pero me empezaron a salir trabajos de modelaje y terminé volcándome de lleno a eso. Pasó todo muy rápido y la gastronomía quedó momentáneamente en un segundo plano.
Ese mismo año, Nacho me dijo de irnos a Francia a estudiar y en el ínterin empezamos a organizar nuestro casamiento. En ese tiempo tuve uno de los trabajos más grandes de modelaje, me salió una campaña en Argentina por la cual nos llevaron a Londres a hacer las fotos. Fue rapidísimo todo. La gastronomía volvió a tener su lugar importante en mi vida cuando en Francia pude estudiar Administración Hotelera y de Restaurantes. Ahí volví a lo que era mi carrera y vocación, pero claro que siempre cocinaba en mi casa. Mi papá dice que a partir de que me casé y dejé de vivir con ellos, no volvió a cenar como antes. Pero joroba, porque mamá cocina bárbaro.
La administración hotelera y gastronomía no es lo mismo que meterte en una cocina…
No. Todo lo contrario. Tenía algo de cocina en esa carrera pero era más sobre Derecho, contabilidad, nutrición, trabajo de stock. No tenía nada que ver con lo que era meramente saber técnicas culinarias. Y eso es lo interesante, porque normalmente las personas saben cocinar muy bien pero se funden o son muy bueno administrando pero no sabés cocinar, entonces el combo estuvo bueno.
¿Cómo empieza el blog?
Después de volver de Francia empecé a vender pastelería desde casa, armé una página de Facebook. Me gustaba y es lo que más me gusta hacer, y lo que me pasó es que muchas de mis clientas me preguntaban cómo hacer algunas tortas o recetas. Yo la verdad es que nunca tuve miedo de revelar secretos o de pasar recetas porque siempre la persona que te quiere comprar te lo va a comprar igual, aunque la sepa hacer. Empecé así, escribiendo un blog, con otro nombre incluso. Luego llegó Not only Salad.
Empecé compartiendo recetas de la carrot cake, del budín de limón y fue así, de a poco. Primero con un blogspot, sin un peso de por medio, sin inversión y fue creciendo solo, supongo que por el contenido. Todo esto fue antes de ser mamá y yo pensaba que estaba requete ocupada, pero lo cierto es que empecé a mover mucho más contenido siendo mamá y teniendo menos tiempo y más obligaciones que antes.
¿Creés que la maternidad te potenció?
Si, sin dudas. Y lo veo en muchos emprendimientos que la maternidad te potencia, te da más energía. Cuando tenés 15 minutos o duermen siesta aprovechás al máximo y el tiempo te rinde porque es “el” momento.
En mi caso me volví mucho más eficiente. Ser madre me ayudó a ver otro punto de vista que no lograba ver antes. Me seguían muchas mamás pero al no estar en la situación tenés un punto de vista un poco volado. No te importa tanto el presupuesto de la receta, por ejemplo. Y lo cierto es que cuando ya estás con más cosas en el barco, contemplás eso también.
Todos te deben preguntar lo mismo, pero queremos el secreto. ¿Cómo es que cocinás tanto y tan rico y podés ser modelo?
Es que por eso se llama Not Only Salad el blog, porque era la pregunta clave y sigue siéndolo. En realidad es que si como más de la cuenta engordo como todo el mundo, pero al estar tanto en contacto con la comida, me pasó de perderle la novelería a la comida. Desde que soy madre estoy más flaca creo, por tanta exigencia. Pero me pasó en la escuela de gastronomía de engordar muchos quilos y después los bajé automáticamente, porque pasás como una curva. Yo creo que hay que saber respetar un poco lo que son las cantidades, saber escuchar tu cuerpo; si estás satisfecho ya está, no tenés por qué seguir comiendo porque después te sentís mal.
¿Tomaste más conciencia de la alimentación con la maternidad?
Si. Pero también creo que tenía mucho de antes, siempre fui consciente sobre la importancia del consumo de frutas y verduras, que las carnes están buenas pero no en exceso, que el pescado tiene que estar. Yo posteo recetas con pescado, que lo creo un poco olvidado, y sé que será lo menos likeado pero está bueno que también esté en el blog. La maternidad te replantea tus principios, lo que comés y lo que querés que ellos coman. La madre sienta las bases de la alimentación de los hijos, así como las costumbres, las malas costumbres, los miedos, los conflictos internos de la mujer o de la persona en sí. Lo veo en muchas cosas y está bueno replantearse todo eso para tratar de depurarse uno como persona y pasar lo bueno.
¿Te hizo descubrirte la maternidad?
Si. Me di cuenta que tengo mucha más paciencia de la que tenía, especialmente en la limpieza y el orden, porque me gusta tener todo ordenado y la verdad es que cuando cocinás con niños, olvídate. De repente elijo el momento para hacerlo. Si estoy muy cansada y veo que puedo saltar muy rápido, seguro no le ofrezco a Nachito para hacer una torta. Pero si tenemos tiempo, estamos relajados, no es un día de semana atareado, ahí sí y súper disfrutamos. La cocina es un re lindo momento para compartir con los niños.
¿Qué creés que aprenden mientras cocinan?
De todo. Primero es un momento de disfrute. También sienten que ellos están haciendo algo. Hoy por ejemplo, hicimos la merienda del jardín. Importa a nivel de autoestima, eso de saber que están haciendo algo que luego van a comer sus amigos; también aprenden de “pasos”, la paciencia…todo eso se aprende en la cocina. A veces comprar directo del súper te simplifica y está bien recurrir si no tenés el tiempo, pero no apoyo eso cuando se transforma en un recurso diario sistematizado, sin pensar.
¿Tenés un estilo definido en tu cocina?
La gente que me conoce, dice que sí. Yo no lo sé identificar. Hay gente que me ha dicho que me siguen porque las recetas que posteo las puede hacer todo el mundo, no es que sean económicas todas peros si tienen ingredientes que los podés encontrar en cualquier supermercado, algo que a mí me parece fundamental. La harina de almendras, por ejemplo, la eliminé de la despensa porque no podés hacer algo con un ingrediente que solo podés encontrar en dos lugares de Montevideo. Mis recetas son prácticas creo, y ricas.
¿Tienen que ver con vos?
Si, si, si. Porque es ese mi estilo de vida. Si mi casa es difícil de limpiar, empezamos a sacar cosas. Tiene que funcionar para todos, ¡porque limpio yo!
¿Qué proyectos hay con Not Only salad a futuro?
Siempre tengo ideas pero a veces el camino te va dando sorpresas. Estoy armando mi primer libro de recetas con la editorial Penguin Random House y estoy feliz. Lo vamos a lanzar el año que viene. Lo pensamos primero con recetas para niños pero terminó siendo de recetas simples, para todos. Es un libro para que tengas a mano y sean recetas que te tiente hacer. Como esta torta que hicimos cinco minutos antes de que llegaras.
CAKE DE BANANA
INGREDIENTES
- Banana madura, 320 gr (aprox 3 bananas, pero podés usar entre 2 y 4)
- Jugo de limón, 1 Cda
- Harina, 1 3/4T (210 gr)
- Polvo de horner, 1/2 cta
- Bicarbonato de sodio, 1 cta
- Sal, 1/2 cta
- Azúcar, 1 T + 1 Cda (210 gr)
- Huevo, 1 unidad
- Aceite, 1/4 T + 1 cta (70 ml)
- Opcional: Nueces tostadas y picadas grueso, 1/2 T (50 gr)
PROCEDIMIENTO
- Precalentar el horno a 180ºC.
- Enmantecar y enharinar una budinera de 28 cm de largo x 11 de ancho y 8 de alto.
- Pisar las bananas en un plato hondo y mezclar con el jugo de limón.
- Tamizar juntos la harina, polvo de hornear, bicarbonato de sodio y sal. Reservar.
- Batir a velocidad media el azúcar, el huevo y el aceite. Incorporar el puré de banana.
- Agregar los secos tamizados, y las nueces si se desea.
Hornear aproximadamente 45 minutos, dependiendo del horno. Para comprobar si está hecho pinchar el centro con un palito de madera; debe salir seco. Enfriar en el molde, pasar un cuchillo por los lados y dar vuelta sobre una fuente rectangular. Al principio es muy tierno, y lo bueno que tiene es que pasados los días va quedando mejor. Nunca se pone seco/duro.
Cuando lo sirvo para la hora del té lo espolvoreo con azúcar impalpable o le hago un glaseado que se endurece un poquito y queda impresionante. Para hacerlo mezclar 1 Taza de azúcar impalpable con aprox 3 Cdas agua (o jugo de limón) hasta obtener una mezcla bien firme pero que se pueda esparcir.
TIP: Cuando esté bien frío lo podés envolver en film y congelar. Cada vez que quiero una porción corto una feta y la tuesto hasta que esté ligeramente quemada. Ese “quemadito” es en realidad la caramelización de los azúcares, y queda crocante por fuera pero tierna por dentro.
NOTAS
Para hacer una versión más sana, podés sustituir la mitad de la harina por harina integral. Queda impresionante y aporta mucha fibra! El bicarbonato de sodio se consigue en farmacias.
Por Carolina Anastasiadis