En este tiempo tan especial en donde un virus nacido en China termina por mandarnos a todos a las casas en el otro lado del mundo, se hace más fácil explicar a los niños la idea de globalización. Lo que ocurre allá repercute acá, y lo que nosotros hacemos impacta –tarde o temprano- en los otros y en la madre Tierra.
Mi hija mayor que ya sabe que todo empezó en un lugar en donde la gente tiene los ojitos rasgados y habla distinto, me ha preguntado por ese país, por qué comen cosas tan raras, y se ha puesto muy curiosa desde entonces, preguntando por lugares que también se escuchan a diario actualmente. “¿Y España cómo es? ¿Qué comen en Italia? ¿Cuándo vamos a ir a Estados Unidos? ¿Es distinto a Brasil?” Lo cierto es que este tiempo de coronavirus, familia y de entre casa ha dado lugar a la imaginación y con ellas hemos empezado a viajar.
Ayer me traje un globo terráqueo de lo de mamá para aprovechar a jugar con Alfo y Fran y de paso aprender a la vez. Les he hablado de Grecia, de los griegos, sus dioses, templos, lo que comen y cómo bailan, de la belleza del Mediterráneo. Y se entusiasmaron. Alfonsina entendió que el dibujito de la remera blanca que le trajeron los abuelos hace un tiempo era del Partenón. Y estos días seguiremos viajando, porque tengo otra excusa. Me llegó de regalo el libro “Polo y Analía viajan por el mundo”, y es una gran invitación a pasear por países de los distintos continentes y recorrer a través de cuentos cortitos, diversas culturas, cocinas, costumbres, religiones y formas de cada lugar y civilización.
Además de que el libro tiene unas ilustraciones divinas (de la ilustradora Paz Sartori), cada cuento habilita a conversar sobre temas cotidianos en donde aparecen valores, la religión, la tolerancia, la diversidad, la paz, el cuidado del medio ambiente y la importancia de levantar de nuevo la muralla aunque se vuelva a caer. Porque está bueno intentar.
Y no solo quiero invitarlos a buscar este libro sino que les sugiero una actividad especial que puede empezar hoy a las 21 hs. y ya en la cama con los pequeños. Desde hace 10 días a esa hora Iván Kirichenko –el autor- hace un vivo en Instagram y cada noche viaja por un lugar. Lo ubica en el mapa, cuenta algunos detalles simpáticos y simples de la cultura y lee un cuento del libro además de interactuar con quienes se suman a la transmisión que durante el día tienen una consigna para participar. Es divertido, es un buen momento de cierre del día, compartido, de disfrute, aprendizaje y una hermosa práctica para viajar con la imaginación y practicar… hasta que podamos hacerlo de otra manera.
Por Carolina Anastasiadis
Qué linda idea. Voy a ver si el horario del live del autor está conveniente para México pero me encantaría compartirlo con mis hijos. Saludos!
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